Gustavo Sierra
KIEV.– Volodimir Zelensky toma aire, piensa un segundo y dice que está trabajando con el gobierno argentino de Javier Milei para armar una industria conjunta de partes de armamentos, drones y pólvora. “Y tiene que ser rápido y una colaboración tecnológica amplia. No tenemos otra opción y Argentina podría ser un socio importante en este sentido”, define.
El presidente ucraniano habló con un pequeño grupo de periodistas latinoamericanos, ayer, en el edificio de La Quimera, un fantástico palacio Art Nouveau, situado frente a su oficina en el 10 de la calle Bankova de Kiev y que ahora se utiliza como centro de recepción gubernamental dentro de un complejo blindado por el ejército. Con la energía que lo caracteriza, cruzó la calle a los saltos y saludó en forma relajada a pesar de que la noche anterior regresó de un arduo viaje a España y Portugal, y que en unas horas más volverá a partir. Hay que recordar que, por razones de seguridad, debe ir siempre por tierra hasta la frontera con Polonia, a entre cinco y siete horas de aquí, antes de tomar un avión.
–¿Qué puede hacer por Ucrania un país como la Argentina, que no tiene armamento para entregar y está sumida en una grave crisis económica?, fue la pregunta que llevó a hablar de la posibilidad muy cercana, según él de comenzar un joint venture militar con Argentina.
–La amistad empieza con la economía. Por supuesto. Ucrania puede tener en potencia un intercambio económico importante con su país. La Argentina a lo mejor no puede darnos armas porque no hay una industria militar extendida y gracias a Dios porque espero que nunca sufra una guerra. Pero cuando estamos hablando de la seguridad de Ucrania, también estamos hablando de la seguridad de su país y su continente, en lo que se refiere al desarrollo de la industria militar para la defensa. Nosotros queremos desarrollar esa área, no para que haya guerra, sino para que no haya guerra. Tenemos que ser fuertes y defendernos para asegurar la seguridad. Y ahora tenemos cosas muy diferentes como drones, sistemas de defensa electrónica, y es algo que queremos desarrollar con Argentina. Nuestra primera viceministra y la exministra de Economía hablaron de esto con autoridades de su país. Nosotros ya hemos estudiado algunas posibilidades productivas que tiene la Argentina y nos gustaría desarrollar este tipo de colaboración, hacer una coproducción.
–¿En qué área, particularmente?
–En lo que se refiere a drones, antidrones, drones marítimos y también en el déficit más grande que tenemos, que es la pólvora. Por muchos años no estuvimos muy abiertos a nuestros colegas argentinos. Ahora estamos dispuestos a hacer ese tipo de producción tanto en Ucrania como en la Argentina. Estamos dispuestos a colaborar, a coproducir y a compartir las tecnologías que Ucrania ya ha recibido durante esta guerra.
–¿Por qué elegir a Argentina? ¿Por qué está tan interesado en América Latina?
–No hay países grandes o pequeños, América Latina tiene una voz potente en las resoluciones de la Asamblea General de la ONU, en las decisiones políticas la escuchan porque es una parte muy potente del mundo. Y la crisis económica es algo que va y viene. Lo que importa es la solidaridad del país, la influencia. Y la influencia es importante para nosotros en este momento.
–¿Ucrania apoya a Argentina en su reclamo de soberanía sobre las Islas Malvinas?
–Ucrania apoya la integridad territorial de todos los estados y siempre lo hemos dicho. También quiero recalcar que sean cuales sean las cuestiones del territorio, siempre hay que hacer todo lo posible, y lo imposible, para que las balas, los misiles no actúen. Hay que trabajar siempre en el frente diplomático para que nunca haya una guerra. Lo estamos viviendo nosotros. Sea cual sea el conflicto, sea cuales sean los eslóganes, tenemos que hacer todo lo posible para que no haya guerra. No alimentar el tema de la captura de territorios ajenos, no alimentar nunca este tema.
Zelensky está concentrado en la Cumbre para la Paz en Ucrania que está organizando para el 15 y 16 de junio en Ginebra, Suiza. La idea del presidente es que las distintas delegaciones invitadas, al más alto nivel, inicien la discusión a partir de su propio plan de paz que, entre otras cosas, exige a Rusia que se retire hacia las fronteras de 1991, incluyendo la liberación de Crimea, y rinda cuentas ante tribunales internacionales por los crímenes de guerra. Es decir, obligar a Rusia, a nombre de la comunidad internacional que lo apoya y el derecho internacional, a aceptar una derrota, como si hubiese sido vencida por las armas. Algo muy difícil de que ocurra. Asegura que hasta ahora se comprometieron a asistir 90 países –aquí se cree que el presidente Milei estará allí–. Pero entre los que no lo van a hacer está Brasil que, a lo sumo, enviará una delegación de bajo nivel, y eso lo hace responder en forma enérgica una pregunta al respecto de una colega brasileña.
–¿Acaso para Brasil es más cercana Rusia que Ucrania?, se pregunta Zelensky. Rusia hoy día es un país terrorista, dirigido por una persona que es absolutamente terrorista y fascista en su ideología, que nos quiere ocupar. Brasil tiene que estar de nuestro lado y poner un ultimátum al agresor de parte de todo el mundo, que no vamos a permitir que un país que tiene más armas o más gente –que no respetan y que usan como carne de cañón–, que este país imponga su política a los demás y que sea igual que Hitler.
Zelensky vuelve a tomar aire, revolea los ojos y sigue.
–No puede ser que estemos condicionados por algunos recursos, especialmente ahora que se puede aprovechar que las energías son más baratas. No se puede depender de la economía rusa. No solo no saben ser socios, sino que te atacan, te imponen su poder. Yo creo que la alianza con los países de la América Latina es mucho más potente que la alianza de Brasil solo con Rusia. Y es justo que nos dieran este apoyo. Nosotros no hemos tenido una declaración conjunta entre mi persona y presidente Lula o de Ucrania y Brasil. Y esa declaración conjunta la tienen entre Brasil y China, que quieren compartir con Rusia. ¿Pero por qué así, si somos nosotros los atacados? China puede juntarse con nosotros, pero China no nos puede imponer cómo terminar esta guerra y decidir por nosotros qué es lo que tenemos que hacer, con qué nos quedamos o con lo que no nos quedamos. Y nosotros no tenemos derecho a dictar nuestras condiciones ni a Brasil ni a China. Y solo podemos convivir, ayudar uno a otro. ¿Pero cómo podemos ayudar? ¿Cómo se puede ayudar a los rusos ahora? ¿Y por qué Brasil y China primero piensan en los rusos y luego en nosotros?
–En su opinión, ¿qué falta para que Brasil se acerque a Ucrania?
–Sabemos, por supuesto, que Brasil tiene su propia visión, estamos dispuestos a escucharla. Aquí está la cumbre de la paz para eso. Tenemos que conciliar una opinión común con todos los que vienen, no con Rusia, porque Rusia ha bloqueado todas las reuniones que ha podido. Rusia ha bloqueado 200 encuentros en los que se podría haber hablado de paz. ¿Por qué? Porque no quiere terminar esta guerra. Lo que quiere es congelar este conflicto en nuestro territorio para luego seguir influenciándonos, no permitiendo que nuestra sociedad sea parte de Europa, que es nuestra intención. Queremos ser independientes, parte de la Unión Europea. Es nuestra elección. ¿Quién es Putin para imponernos otra opción?