Los Ángeles vive horas de alta tensión, mientras protestas masivas contra las redadas migratorias del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) entran en su tercer día, marcadas por enfrentamientos violentos, la quema de vehículos y el despliegue de 2,000 efectivos de la Guardia Nacional ordenado por el presidente Donald Trump.
Las protestas comenzaron el viernes, cuando agentes federales de ICE, junto al Departamento de Seguridad Nacional (DHS), el FBI y la DEA, lanzaron operativos “militares” en múltiples puntos de la ciudad, incluyendo el Fashion District y un Home Depot en Paramount, un área mayoritariamente latina. Según el DHS, 118 inmigrantes indocumentados fueron arrestados esta semana, 44 de ellos el viernes, en lo que activistas de la Coalición por los Derechos Humanos de los Inmigrantes (CHIRLA) han calificado como una “operación paramilitar opresiva y vil”. Las redadas han generado pánico en comunidades locales, con reportes de manifestantes bloqueando calles, lanzando huevos y objetos, y enfrentándose a agentes que respondieron con gases lacrimógenos, balas de goma y municiones de control de multitudes.
El sábado, la situación se intensificó en Paramount, donde manifestantes incendiaron al menos dos autos Waymo sin conductor y dañaron propiedades, dejando grafitis con amenazas y lenguaje ofensivo, según el ICE. La alcaldesa de Paramount, Peggy Lemons, aclaró que no hubo redadas en su ciudad, pero los rumores de preparativos federales cerca de oficinas del DHS alimentaron las protestas. El presidente Trump, al abordar el tema desde Morristown, Nueva Jersey, el domingo, describió a algunos manifestantes como “personas violentas” y prometió “ley y orden fuertes”, autorizando el envío de 2,000 efectivos de la Guardia Nacional a Los Ángeles, a pesar de la oposición del gobernador Gavin Newsom, quien llamó la medida “intencionalmente inflamatoria” y anunció planes para demandar al gobierno federal.
La policía de Los Ángeles (LAPD) ordenó a los manifestantes abandonar el centro de la ciudad tras reportes de bloqueos en la autopista 101 y enfrentamientos cerca del Centro de Detención Metropolitano. Miles de personas, muchas ondeando banderas mexicanas, continúan protestando contra las redadas y la presencia de la Guardia Nacional, que llegó el domingo con 300 efectivos inicialmente desplegados en tres puntos de la ciudad. La alcaldesa Karen Bass condenó la violencia, afirmando: “Todos tienen derecho a protestar pacíficamente, pero la violencia y la destrucción son inaceptables”. Bass también reveló que los detenidos ya no están en el centro de Los Ángeles y probablemente fueron trasladados a una instalación de ICE en Adelanto.
El “zar de la frontera” de Trump, Tom Homan, defendió las redadas, asegurando que continuarán “todos los días” y advirtiendo que obstruir a los agentes podría derivar en arrestos. Mientras tanto, la ACLU y otros grupos de derechos civiles han criticado las tácticas como violatorias de protocolos de inmigración civil, y el senador Alex Padilla y otros demócratas de California han denunciado el uso de la Guardia Nacional como un abuso de poder.