Los médicos residentes del Hospital de Pediatría “Prof. Dr. Juan P. Garrahan” decidieron levantar el paro que mantenían desde hace varios días, en medio de un conflicto salarial que generó tensiones con las autoridades del centro de salud y el Ministerio de Salud de la Nación. La decisión, tomada tras una extensa asamblea que finalizó pasadas las 15 horas del miércoles 4 de junio, implica la reincorporación inmediata a las tareas habituales, incluyendo guardias y actividades asistenciales.
Según un comunicado emitido por la Asamblea de Residentes, la medida se adoptó tras recibir un correo electrónico del Consejo de Administración del hospital, que advertía sobre posibles sanciones, como descuentos salariales, pérdida de regularidad en la formación o incluso desvinculaciones, en caso de no cesar la protesta. “Nos vimos obligados a cesar la medida de paro laboral indefinido, con la reincorporación inmediata a nuestros puestos de trabajo”, expresaron los residentes, aclarando que esta decisión “no implica la renuncia al reconocimiento de la legitimidad de nuestro reclamo apartidario”.
El conflicto tuvo como eje central la demanda de una recomposición salarial, ya que los residentes denunciaban sueldos insuficientes, con un ingreso neto de $797.000 para los de primer año, a pesar de jornadas laborales extenuantes de hasta 70 u 80 horas semanales. El Ministerio de Salud había ofrecido un bono no remunerativo de $300.000, elevando la remuneración total a $1.300.000 a partir de julio, pero los profesionales rechazaron la propuesta por no integrarse al salario básico ni impactar en aportes, aguinaldo o futuras actualizaciones.
En contraste, la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE) decidió mantener su medida de fuerza en el Hospital Garrahan, continuando con el paro de actividades. Según representantes del sindicato, la oferta del gobierno no satisface las demandas de los trabajadores no profesionales, como enfermeros, administrativos y personal de apoyo, quienes también enfrentan salarios bajos y condiciones laborales precarias. ATE argumenta que el bono propuesto no resuelve la pérdida de poder adquisitivo acumulada por la inflación y exige incrementos que se incorporen al salario básico, además de mejoras en los recursos y la infraestructura del hospital para garantizar una atención de calidad.
Desde el hospital, se destacó la implementación de un sistema biométrico para controlar la asistencia, considerado “esencial” para la aprobación del año formativo, y se subrayó que la mejora salarial fue financiada con fondos propios, en el marco de un proceso de reestructuración institucional. Las autoridades negaron versiones sobre reemplazos de residentes y reafirmaron su compromiso con la atención pediátrica y la formación profesional.
A pesar del levantamiento del paro por parte de los residentes, estos aseguraron que continuarán en estado de alerta, con asambleas periódicas para evaluar el avance de las negociaciones. La situación, que afectó parcialmente la atención en el principal hospital pediátrico del país, parece encaminarse hacia una normalización, aunque el reclamo por un salario digno y condiciones laborales justas persiste, especialmente entre los sectores representados por ATE.