El fotoperiodista argentino Pablo Grillo, de 35 años, recibió este martes el alta médica del Hospital Ramos Mejía, donde permaneció casi tres meses en terapia intensiva tras ser gravemente herido por un proyectil de gas lacrimógeno durante una represión policial el 12 de marzo de 2025. El impacto, atribuido al cabo Héctor Jesús Guerrero de Gendarmería Nacional, le causó un traumatismo craneoencefálico severo, fracturas múltiples y pérdida de masa encefálica, poniendo su vida en peligro.
Grillo, quien cubría una protesta de jubilados frente al Congreso, salió del hospital acompañado de su familia y fue trasladado al Hospital de Rehabilitación Manuel Rocca para continuar su recuperación. “Es una alegría inmensa después de tanto dolor”, expresó su padre, Fabián Grillo, destacando el trabajo del sistema de salud público
La causa judicial, a cargo de la jueza María Servini, avanza lentamente. Un informe forense reciente calificó las lesiones de Grillo como “gravísimas” y confirmó que el disparo fue directo, mientras que un video difundido el 22 de mayo muestra al gendarme Guerrero apuntando deliberadamente hacia los manifestantes. Organismos de derechos humanos, como el CELS, y la familia exigen justicia, criticando la falta de avances contra el responsable.
La recuperación de Grillo, quien recientemente superó una operación por hidrocefalia, se ha convertido en un símbolo de resistencia. Su traslado al centro de rehabilitación marca el inicio de una nueva etapa, mientras la sociedad sigue reclamando respuestas por la violencia estatal del 12 de marzo, que dejó más de 120 detenidos y numerosos heridos.