JERUSALÉN.- Israel atacó depósitos de “armas químicas” en la vecina Siria y “ha destruido los principales sitios militares en Siria”, al lanzar unos 250 bombardeos durante la madrugada tras el derrocamiento del presidente Bashar al-Assad, lo que ya despertó alertas de la comunidad internacional. Planea mantener una presencia “limitada” de tropas sobre el terreno con la esperanza de prevenir cualquier amenaza que pudiera de parte de los rebeldes sirios.
El gobierno israelí interpretó la agitación en Siria con una mezcla de esperanza y preocupación mientras sopesa las consecuencias de uno de los cambios estratégicos más significativos en Medio Oriente en años. Si bien la caída de Al-Assad acabó con un bastión desde el que Irán, archienemigo de Israel, ejercía su influencia en la región, el avance relámpago de un grupo dispar de fuerzas rebeldes con raíces en la ideología islamista de Al-Qaeda plantea algunos riesgos.
“El único interés que tenemos es la seguridad de Israel y sus ciudadanos”, dijo el ministro de Exteriores israelí, Gideon Saar. “Por eso hemos atacado sistemas de armas estratégicas, por ejemplo lo que quedan de armas químicas, misiles y cohetes de largo alcance, para que no caigan en manos de extremistas”, agregó.
Israel llevó a cabo más de 100 ataques contra instalaciones militares en Siria, afirmó el Observatorio Sirio de Derechos Humanos, según el cual se produjo un ataque contra un centro de investigación militar en el norte de Damasco.
Apenas horas antes, el ministro de Defensa israelí, Israel Katz, había ordenado al Ejército completar la consolidación del control de la “zona de amortiguación” creada más allá de los ocupados Altos del Golán y la creación de una zona de seguridad libre de armas estratégicas e “infraestructura terrorista” en el sur de Siria.
Así, reclamó al Ejército que actúe para eliminar “armas estratégicas” presentes en Siria, incluidos misiles tierra-aire, sistemas antiaéreos, misiles de crucero y proyectiles tierra-tierra, para evitar que caigan en manos de grupos que puedan ser hostiles a Israel tras la caída del régimen de Al-Assad.
La avanzada de las tropas israelíes en Siria en la zona de distensión desmilitarizada en los Altos del Golán ocupados es “una medida limitada y temporal que tomamos por razones de seguridad”, afirmó Saar.
El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, anunció el domingo que ordenó al ejército “tomar” una zona de amortiguamiento en los Altos del Golán, tras el derrocamiento de Bashar al-Assad en Siria.
A primera hora del domingo, el ejército indicó que había enviado fuerzas terrestres a la zona desmilitarizada, una franja de seguridad de 400 kilómetros cuadrados creada por el Acuerdo sobre la Separación de las Fuerzas de 1974. Este acuerdo entre Israel y Siria formó parte de los procesos políticos abiertos tras el fin de la guerra árabe-israelí de 1973 y estipula la creación de una zona desmilitarizada que, hasta ahora, ha estado bajo control de la Fuerza de las Naciones Unidas de Observación de la Separación (FNUOS).
Los Altos del Golán son un territorio que Israel arrebató a Siria durante la Guerra de los Seis Días (1967) y la Guerra del Yom Kipur (1973) y que se anexionó de forma efectiva en 1981, un movimiento no reconocido por parte de la comunidad internacional.
Jordania denunció el lunes este despliegue y lo tachó de “agresión”. Es “una violación del derecho internacional, una escalada inaceptable y una ofensa a la soberanía de un Estado árabe”, dijo el gobierno.
“La parte del Golán israelí pertenecerá a Israel por la eternidad”, dijo el premier Netanyahu.
Israel tomó parte de los Altos del Golán que pertenecían a Siria en la guerra de 1967 y después anexó parte de este territorio estratégico en 1981, una acción no reconocida por la comunidad internacional, con la excepción de Estados Unidos.
La ONU recordó hoy a Israel que la entrada de tropas en la “zona de amortiguación” es una “violación del acuerdo” de retirada de 1974.
La Fuerza de Naciones Unidas de Observación de la Separación, también conocida como FNUOS, confirmó “que las fuerzas de defensa israelíes han entrado en la zona de separación y se han estado moviendo dentro de esa zona, donde permanecen en al menos tres lugares”, explicó el portavoz del secretario general de la ONU, Stéphane Dujarric, en una rueda de prensa.
“Israel y Siria deben seguir respetando los términos de ese acuerdo de 1974 y preservar la estabilidad en el Golán”, subrayó el vocero, agregando que “individuos armados no identificados han estado vigilando puestos de control” en la zona, sin dar más detalles al respecto.
“Esta es una acción temporal que han tomado en respuesta a las acciones del ejército sirio de retirarse de esa zona. Ahora, lo que queremos ver, en última instancia, es que ese acuerdo se cumpla plenamente, y estaremos atentos para ver si Israel lo hace”, dijo el portavoz del Departamento de Estado de Estados Unidos Matthew Miller.
Cuando se le preguntó si Estados Unidos pide a su aliado que se retire, Miller contestó que el acuerdo alcanzado después de la Guerra de Yom Kipur de 1973 “incluye la retirada de Israel a su posición anterior”.
Asimismo, Arabia Saudita condenó el avance de las tropas israelíes en la zona de distensión desmilitarizada del Golán sirio, una operación que “sabotea” las posibilidades de que Siria recupere su “integridad territorial”.
Esta incursión “confirma la violación continua por Israel de las reglas del derecho internacional y su determinación de sabotear las posibilidades sirias de restaurar su seguridad, su estabilidad y su integridad territorial”, consideró el ministerio saudita de Relaciones Exteriores en un comunicado.
Netanyahu aseguró el domingo que la caída de Al-Assad en Siria fue consecuencia directa de las acciones de Israel en la región, algo que analistas de su país consideran solo parcialmente cierto.
Bajo creciente presión interna por la situación de los rehenes en Gaza y un juicio por corrupción, Netanyahu afirmó que la caída de Al-Assad fue “resultado directo de los golpes que le hemos infligido a Irán y Hezbollah, los principales apoyos de Al-Assad”.
Danny Citrinowicz, investigador del Instituto para los Estudios de Seguridad Nacional en Tel Aviv, dijo que Israel ayudó a precipitar los acontecimientos en Siria, pero que la caída de Al-Assad fue una consecuencia no intencional.
”Es obvio que lo que hizo Israel definitivamente llevó a eso, pero dudo que tuvieran una estrategia para hacerlo”, comentó.
Netanyahu advirtió a Al-Assad el 27 de noviembre, día del inicio de la ofensiva rebelde en Siria, que estaba “jugando con fuego” al apoyar a Hezbollah y ayudar a transferir armas al Líbano. ”Pero nunca supo que Golani pretendiera iniciar un ataque”, señaló Citrinowicz en referencia a Abu Mohammed al-Golani, el jefe del grupo rebelde islamista que dirigió la ofensiva en Siria.
”Y, desde luego, nadie calculó cómo el hecho de que Irán y Hezbollah estuvieran tan debilitados dañaría la capacidad de Al-Assad de protegerse a sí mismo y a su régimen”, acotó.
Analistas también señalaron que Rusia, un importante respaldo militar que estaba ocupada con Ucrania, sería un factor adicional en la caída de Al-Assad.
Aviv Oreg, analista del Centro Meir Amit y ex oficial de inteligencia israelí, consideró que hay algo de cierto en lo dicho por Netanyahu. ”Es como piezas de dominó (…) cae la primera y luego la segunda y así”, comentó.
Citó los ataques contra Hezbollah en Siria y en el Líbano, que Israel escaló dramáticamente a fines de septiembre, como un factor en la caída de Al-Assad. ”Hezbollah tenía muchos, muchos soldados en Siria y ahora se fueron”, indicó.
Pero también citó la capacidad de los rebeldes sirios de “conducir una ofensiva tan agresiva”.
Israel también ha estado hablando con los rebeldes kurdos que controlan el noreste de Siria, dijo Gideon Saar en una conferencia de prensa el lunes. Analistas han dicho que lo más probable es que se tratara de un esfuerzo por aumentar la influencia de Israel en la Siria de posguerra. Las fuerzas lideradas por los kurdos forman una alianza secular, respaldada por Estados Unidos, que desempeñó un papel destacado en la derrota de los grupos yihadistas en Siria durante la última década.
Las facciones kurdas también tienen una relación tensa con las facciones islamistas que encabezaron la ofensiva en Damasco la semana pasada, y los analistas dicen que Israel puede verlas como un buen contrapeso a la influencia turca, así como a un resurgimiento yihadista.
Pero una alianza israelí con los kurdos es una medida arriesgada porque podría provocar un enfrentamiento con Turquía, dijo Itamar Rabinovich, un experto israelí en Siria.
Los analistas destacaron que durante la guerra civil, Israel nunca apoyó un cambio de gobierno en Siria.
Hablando antes de la caída del presidente sirio, Didier Billion del centro de estudios IRIS, en París, comentó que Israel parecía “preferir la continuación” de Al-Assad sobre la posible “llegada al poder de grupos islamistas o yihadistas”.
Oreg dijo que Netanyahu no podía haber anticipado las consecuencias para Siria de las acciones israelíes, pero que la decisión de escalar rápidamente el combate contra Hezbollah fue un “enorme éxito militar”.
Hezbollah fue un soporte clave de Al-Assad durante la guerra civil, con miles de combatientes. Pero Citrinowicz señaló que las recientes decisiones de Netanyahu cambiaron estrategias de larga data después del sorprendente ataque de Hamas del 7 de octubre de 2023.
Antes del inicio de la guerra en Gaza, Netanyahu tenía miedo de atacar la red iraní de grupos anti israelíes, incluyendo a Hezbollah. Eso cambió con el ataque de Hamas: Israel no solo libró una guerra abierta contra Hezbollah sino que mató a la mayoría del alto mando del grupo, incluyendo a su líder Hassan Nasrallah, y varios comandantes iraníes.
”No había una estrategia, pero las cosas salieron tan bien que, en retrospectiva, se puede decir que fue una ‘estrategia asombrosa’”, según Citrinowicz.
Agencias AFP, ANSA, Reuters y diario The New York Times