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La casa matriz del Silicon Valley Bank (SVB) pidió este viernes la protección prevista por la legislación estadounidense de quiebras luego del colapso y posterior intervención federal de su unidad bancaria.

SVB Financial Group solicitó en Nueva York la protección prevista en el Capitulo 11 de la Ley de Quiebras estadounidense, que les permite reorganizarse a las empresas con dificultades financieras y trabajar en planes de pago con sus acreedores.

El pedido no incluye a la firma de capital de riesgo SVB Capital ni a la empresa de corretaje SVB Securities que permanecerán operativas, según informó la agencia Bloomberg.

En tanto, la unidad bancaria (SVB) tampoco está incluida ya que, al ser un banco comercial y formar parte del sistema de la Reserva Federal, no puede entrar en quiebra.

Dicha subsidiaria fue intervenida por el Gobierno de los Estados Unidos el viernes pasado a través del Departamento de Protección Financiera e Innovación de California (DFPI), que nombró a la Corporación Federal de Seguro de Depósitos (FDIC) como depositario de los fondos del banco.

La FDIC constituyó para los clientes una nueva entidad (Silicon Valley Bridge Bank) que servirá como “banco puente”, es decir, seguirá en funciones hasta que encuentre un comprador para los activos.

De forma extraordinaria, los reguladores bancarios estadounidenses anunciaron el domingo último el rescate de todos los depósitos de los clientes de SVB, algo que la legislación solo prevé para las cuentas con menos de US$ 250.000, pero que representaban una mínima parte el caso de este banco.

Este tipo de rescate –aclaró la secretaria del Tesoro, Janet Yellen ante el Congreso- solo ocurrirá en los casos de que pueda existir “un riesgo sistémico y consecuencias económicas y financieras significativas”.

Con un total de US$ 209.000 millones en activos, la caída de SVB fue la mayor en más de una década, tras la de Lehman Brothers en 2008.

La entidad comenzó a sufrir una corrida el pasado jueves, tras conocerse que el banco tuvo unas pérdidas de US$ 1.800 millones en el primer trimestre.

SVB se vio particularmente afectada por el veloz ajuste monetario de la Reserva Federal (FED).

Su cartera de bonos en la cual invirtió una porción de los depósitos, perdió buena parte de su valor al subir las tasas de interés.

La suba de tasas también provocó que las startups tecnológicas –las principales clientes de SVB- retiraran sus depósitos por la necesidad de liquidez.

Su caída generó temor y una pérdida de confianza en la situación de otros pequeños y medianos bancos regionales en Estados Unidos que no están sujetos a las mismas normas estrictas de la FED hacia los grandes bancos.

Uno de ellos, el First Republic, registró una fuerte corrida en los últimos días y, para evitar su caída, un grupo de grandes bancos (incluyendo el JP Morgan, Bank of America, Citigroup y Wells Fargo) aportó ayer un paquete de rescate de alrededor de US$ 30.000 millones.

Pese a la inyección de capital, las acciones del banco continuaban en baja este mediodía con una merma de más del 23%, acumulando en la semana una pérdida de 68%, luego de conocerse que el banco en la última semana pidió préstamos a la FED por entre US$ 20.000 millones y US$ 109.000 millones.

La caída también se extendía a otros bancos regionales como PacWest (-15%), Western Alliance (-12%) y KeyCorp (-6%).

El temor a una nueva crisis financiera como la de 2008 también impactó esta semana la cotización de los bancos europeos, en especial la del Credit Suisse.

Frente a ello, el Consejo de Supervisión del Banco Central Europeo (BCE), liderado por Andrea Enria, se reunió de manera extraordinaria para evaluar la situación en los mercados financieros y el sector bancario, informó la agencia DPA.

Fuente: Télam