Minutos después de las 9.30, Marcelo Macarrón llegó a los tribunales de Río Cuarto donde escuchará los cargos en su contra y mañana declarará ante el jurado popular. Esta acusado de ser el autor intelectual del crimen de su esposa, Nora Dalmasso, cometido en esa ciudad de la provincia de Córdoba, en 2006.
Un crimen que tuvo gran repercusión, cuando aún no se hablaba de femicidio.
El médico llegó acompañado de los dos hijos que tiene con la víctima. «¡Déjenlo en paz!», dijo su hija mientras ingresaban.
«Vinimos a acompañar a papá en este duro momento», dijo a Cadena 3 Facundo Macarrón el hijo de Nora. «Confiamos en que habrá sentencia justa», señaló.
«Vamos a declarar como testigos y confiamos en que habrá una sentencia justa, que contemple la inocencia de mi padre en un proceso lleno de irregularidades», señaló.
«Llevamos más de 15 años sin saber quién es el asesino, que anda suelto», resaltó el joven diplomático de 32 años regresó del exterior para estar presente en el juicio.
“Es muy difícil después de tantos años que se pueda esclarecer”, aseguró Macarrón.
Macarrón calificó ante los periodistas que los esperaban, de “mamarracho” todo el proceso de investigación y la elevación a juicio por parte del fiscal Luis Pizarro.
Dijo que tiene “expectativas muy buenas” con respecto al desarrollo del debate oral.
“Vivo esta situación con mucha angustia”, señaló, y que sintió “muy ansioso” por todo lo que está viviendo.
El debate, del que participan 8 jurados populares, 4 mujeres y 4 hombres. El juicio está a cargo de los jueces técnicos de la Cámara Criminal y Correccional de 1° Nominación, de Río Cuarto, Daniel Antonio Vaudagna, Natacha Irina García y Gustavo José Echenique Estevez. El fiscal de juicio es Julio Marcelo Rivero.
Está acusado de «homicidio calificado por el vínculo, por alevosía y por precio o promesa remuneratoria en concurso ideal”. El juicio podría durar tres meses.
Mañana, el mismo Macarrón lo confirmó, que va a declarar, como imputado no está obligado a hacerlo, ni jura decir verdad.
Luego se emepezarán a escuchar a los 300 testigos, entre familiares, amigos de la víctima y del acusado, vecinos del Barrio Villa Golf, policías y peritos, fueron citados para declarar en el marco del proceso.
La familia Dalmasso no se presentó como querellante.
Para el fiscal que instruyó la causa, Pizarro, Macarrón mandó a matar a Dalmasso motivado por “desavenencias matrimoniales y cuestiones económicas”. Resume que las circunstancias que rodearon la muerte “permiten concluir que el homicidio fue realizado por alguien del entorno personal de la víctima, más precisamente el esposo”.
Según la acusación unos meses antes del asesinato, ocurrido en la madrugada del 26 de noviembre de 2006, Macarrón “con personas aún no identificadas planificó dar muerte a su esposa Nora Dalmasso, por desavenencias matrimoniales y con la intención por parte de su/s adlater/es de obtener una ventaja, probablemente política y/o económica”.
El viudo “proporciona al asesino las llaves o la inteligencia para ingresar sin forzar la cerradura de la casa, información y movimientos, y asegurando un espacio de tiempo en el que se hallaba sola, sin ningún otro integrante de la familia en la ciudad de Río Cuarto”, situación que permitió al homicida “actuar sobre seguro y sin que la víctima pudiera recibir auxilio de terceros».
La fecha del crimen fue elegida porque coincidía con el torneo de golf que se disputaba en Punta del Este (Uruguay), “al que concurría el encartado (Macarrón) junto con amigos, con la finalidad del éxito de su plan delictivo y despejar cualquier posibilidad de sospecha sobre su persona”.
Para los acusadores, el homicida aguardó que la víctima realice su rutina previa al descanso y la atacó una vez que ésta se encontraba dormida en la habitación de su hija ubicada en la planta alta de la vivienda.
Cumpliendo el plan delictivo “acordado previamente con Macarrón y sus adláteres”, la tomó del cuello, ejerciendo una fuerte presión con sus manos, anulando así toda posibilidad de defensa. Utilizó el cinto de toalla de la bata de baño que se encontraba en la habitación, realizando un ajustado doble lazo alrededor del cuello, ocasionando la muerte por asfixia mecánica. “Como parte del plan criminal, ordenó la escena con la finalidad de simular un hecho de índole sexual, tras lo cual se retiró del lugar, sin dejar rastro alguno de su persona”, describe la investigación al referirse a los signos de actos sexuale s “con rasgos de sadismo y exaltación no compatibles con violaciones” encontrados en el cuerpo de la victima, de acuerdo al informe médico legal.
Lo que aún no determinó la acusacion es quien fue el sicario contratado para asesinar a Dalmasso en su propia casa.
Fuente: Crónica.com.ar