Murió Miguel Grinberg, el beatnik argentino

“Yo soy Miguel Grinberg, nací en Buenos Aires en 1937 y por un factor que no alcanzo a discernir, pero del cual me alegro, la vida me deparó colocarme en lugares donde pasaban cosas”, dijo en una entrevista con el periodista Víctor Pintos. Una presentación abierta, humilde, totalizante. Ese Grinberg, el que para muchos representa una porción fundamental de la contracultura argentina, el beatnik argentino, falleció a los 84 años de edad.

Periodista, escritor, editor, eferentes del pensamiento y la difusión del rock, crítico de música y de cine. Muchos casilleros fue completando a lo largo de su vida. También el de pionero de lo que se conoce como ecoperiodismo en la Argentina, cofundador de la Red Nacional de Acción Ecologista y del Pacto Eco-Social de América Latina y director de revistas como Eco Contemporáneo, Contracultura, Cine & Medios y Mutantia.

Escribió varios libros: Un mar de metales hirvientes: Crónicas de la resistencia musical en tiempos totalitarios (1975-1980), 80 preguntas a Miguel Grinberg, La generación de la paz, Ecofalacias, Beat Days, La Generación “V” y Tiempo de renacer. Participó de manera activa en programas legendarios de Radio Municipal y Radio Nacional y en revistas y diarios como Canta Rock, Hurra, Rock Superstar y La Opinión.

También trabajó durante diez años en la órbita de Naciones Unidas para la célebre conferencia cumbre ECO 92. Recibió muchos premios como el N’Aitún 2008 de Chile “por su labor de difusión del paradigma emergente humanista y holístico”. En 2015 fue declarado Personalidad Destacada de la Cultura de la Ciudad de Buenos Aires. Todo eso y mucho más fue Miguel Grinberg, una figura fundamental en las últimas décadas del movimiento alternativo.

“Fue uno de los tipos más entusiastas, lúcidos y corajudos que vio la contracultura argentina”. El que habla es Juanjo Carmona, autor del libro Miguel Abuelo: el paladín de la libertad. Lo tuvo como tutor en el periodismo y como maestro de meditación. “Fue un jugador de toda la cancha: como gestor cultura, con los proyectos de Spinetta…”, agrega.

“Hacía un tiempo que estaba mal. Fui testigo de cómo se fue apagando su cabeza y su cuerpo. Alrededor de 2018 comenzó el deterioro. Ahora estaba con muy poco nivel de conciencia, conectaba cada quince días. Tenía una enfermedad degenerativa del cerebro que iba complicando todo. Estaba en la casa pero en una situación bastante crítica”, cuenta Carmona. Sobre el final, elige dos palabras para definir a Grinberg: empuje y claridad.

Fuente: Infobae