El detrás de escena del video de la «Gestapo antisindical» en Provincia

La denuncia de la Agencia Federal de Inteligencia ( AFI) contra ex funcionarios de la gestión bonaerense de María Eugenia Vidal por promover el armado de causas contra dirigentes gremiales dejaría en claro la existencia de una mesa judicial bonaerense y ratificaría que el espionaje ilegal fue una política constante de la gestión macrista.

Así lo demuestra el diario Página 12 en su edición de este martes, con una nota en la que revela detalles sobre la trama de cómo presuntamente se armaban causas y se espiaba a cualquier opositor al macrismo en territorio nacional o suelo bonaerense.

«Se terminó la farsa cuentapropista», asegura el periodista Raúl Kollman, en referencia al fallo de la Cámara Federal porteña que días atrás revocó el procesamiento del ex director general de la AFI, Gustavo Arribas, y atribuyó el espionaje ilegal al cuentapropismo.

La trama de una política del macrismo

«Todo partía desde la Casa Rosada: la AFI, que comandaba Gustavo Arribas, el amigo íntimo de Mauricio Macri, aparece con un papel principal en la mesa ansiosa por tener una Gestapo. Ahí están sentados “El Enano” Juan Sebastián De Stefano y Darío Biorsi, dos altísimos cargos de la central de espías. A su lado los funcionarios de Vidal y los empresarios. En este caso, el objetivo fue Juan Pablo «Pata» Medina, pero en otros casos Roberto Baradel, Fernando Espinoza, Verónica Magario, Daniel Scioli o su exjefe de Gabinete Alberto Pérez. Y, por supuesto, los Moyano, Hugo y Pablo», revela Página 12 tras el hallazgo de los videos y la presentación de una denuncia judicial por parte de la AFI.

En su edición de este martes, el diario Página 12 revela detalles del espionaje en el gobierno macrista.

De acuerdo con el artículo del diario, la filmación deja en claro también que el ex presidente Macri «mandaba a espiar a los dirigentes de su propia fuerza». Y luego agrega en ese sentido: «Porque la cámara puesta en la sala de reuniones de una sede del Banco Provincia le servía a la AFI para saber en qué andaban sus aliados, si apoyarían su candidatura presidencial o si lanzarían el llamado Plan B, que era postular a Vidal para la Presidencia».

El periodista Raúl Kollman brinda también los nombres de dos referentes del PRO seguidos de cerca por la gestión macrista. «Eso explica que los espías del grupo autodenominado Super Mario Bros seguían a Diego Santilli, le plantaron una empleada doméstica dentro de la casa; vigilaban y le sacaron fotos a Horacio Rodríguez Larreta», cuenta. «Y hasta ‘caminaron’, como se dice en el argot del espionaje, a Florencia, la hermana menor de Mauricio», revela en la nota.

La publicación de Página 12 subraya que «todos estos hechos exhiben la misma matriz: el gobierno de Macri, con sucursal en el de Vidal, se dedicaba a espiar, armar causas y operaciones contra cualquier opositor y también contra los propios».

«Como no podían exhibir logros económicos, sus estrategias centrales era dos: por un lado, denunciar y alimentar a los medios amigos, fabricantes de indignaciones. Y por el otro, vigilar a los propios, marcarlos de cerca y, seguramente, ‘carpetearlos’ si fuera necesario», agrega.

Para este diario, «el macrismo usó para el espionaje a policías, sin ninguna experiencia en inteligencia y nada acostumbrados a guardar secretos. De manera que se mandaban las filmaciones, las guardaron en sus celulares para vender la información o para extorsionar en algún momento».

«El colmo del espionaje desatado y la persecución descontrolada se produjo cuando dos altos funcionarios de la central de espías -uno de ellos, el mismo De Stéfano que aparece en esta filmación- fueron a apretar al juez Luis Carzoglio para que metiera presos a Hugo y Pablo Moyano», contúa el artículo.

Y concluye: «Las pruebas de todas esta trama son abrumadoras y ahora se reafirman con la filmación. Impresiona la melancolía por una Gestapo –policía secreta que secuestraba y asesinaba– que vaya contra los sindicatos. Pero no puede perderse de vista quiénes estaban sentados a la mesa y la grabación clandestina en sí misma. Es evidencia de que el espionaje y la persecución eran una política del macrismo, no obra de cuentapropistas sin control».

Fuente: Crónica.com.ar