La tala indiscriminada de quebrachales en el norte argentino para hacer durmientes de vías ferroviarias amenaza el medio ambiente

Mas de una vez se ha dicho, con razón, que el buen funcionamiento del ferrocarril en el transporte de personas y cargas fue sinónimo de progreso. Los transportes sobre carriles comenzaron a aparecen en Europa tras la Edad Media. A partir de 1550, las líneas de vía estrecha con carriles de madera empezaron a generalizarse en las minas europeas. Más tarde, hacia 1770, el desarrollo del motor de vapor impulsó la idea de crear locomotoras con ese impulso. Fue una revolución. En la Argentina, un país joven y extenso territorialmente, hacia 1855 arrancó el desarrollo de la red con capitales nacionales y británicos.

A tantos años y con muchos vaivenes económicos que perjudicaron la vigencia del ferrocarril en el país, surgen otros problemas que en cierta forma rozan la actividad. Se trata de una cuestión ambiental, ecológica, denunciada por Greenpeace. La organización ecologista denunció que más de dos millones de quebrachos de entre 60 y 80 años fueron talados últimamente para ser utilizados como durmientes en las vías.

Esto surge de las licitaciones del Ministerio de Transporte de la Nación publicadas en 2013 y ante nuevos concursos por 120 mil durmientes de madera. “Es ridículo, perjudicial e innecesario que, en pleno siglo 21, se sigan talando árboles nativos para durmientes de ferrocarril. Durante las últimas décadas la deforestación y la tala indiscriminada han colocado a la región del Gran Chaco al tope de los índices globales de pérdida de bosques nativos. Es necesario que el Ministerio de Transporte de la Nación establezca el abandono de los durmientes de madera en forma definitiva”, señaló Hernán Giardini, coordinador de la campaña de Bosques de Greenpeace.

El reporte advierte que el quebracho colorado, un árbol de gran porte y crecimiento lento, fue declarado en el año 1956 “Árbol Forestal Nacional”, por su importancia ambiental, económica y social. Sin embargo, su explotación intensiva y los desmontes para desarrollo agropecuario llevaron a su estado actual de vulnerabilidad, y en Argentina ha sido categorizado como “en peligro” por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza.

“Los durmientes de hormigón y sintéticos o compuestos son alternativas que pueden ser utilizadas en reemplazo de la madera para tareas de mantenimiento y renovación de vías; y muchos pueden producirse de la cadena de reciclado. Múltiples experiencias y estudios en todo el mundo demuestran que las alternativas a la madera son una realidad: India, Estados Unidos, Brasil, México. (…) Recientemente una resolución conjunta entre el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sustentable y el Ministerio de Transporte de la Nación promueve la producción de durmientes con materiales post consumo, sin embargo no contempla asignación presupuestaria ni plazos para el reemplazo de los de madera”, señala el informe.

En este contexto, activistas de Greenpeace documentaron el reemplazo de durmientes de tren en el partido bonaerense de Moreno, donde desplegaron carteles con los mensajes: “Trenes sin desmonte”, “Vías de tren, cementerio de árboles” y “Basta de talar quebrachos para trenes”.

Los trenes son claves para avanzar en un sistema de transporte eficiente y de bajo impacto ambiental comparado con el transporte de carga vehicular. Es momento de tener una red ferroviaria sustentable, para lo cual es clave abandonar el uso del quebracho lo antes posible. Destruir bosques es un crimen”, afirmó Giardini.

Se estima que en el norte de Argentina, a mediados de la década de 1940 se llevaban talados 350 millones de quebrachos colorados para la extracción de tanino y la elaboración de durmientes de ferrocarril, postes, leña y carbón. Su sobrexplotación provocó, durante esos primeros 75 años, la degradación de 10 millones de hectáreas de bosques chaqueños.

Durmientes de quebracho

Durante las últimas décadas la deforestación y la tala indiscriminada han colocado a la región del Gran Chaco al tope de los índices globales de pérdida de bosques nativos. El 85% de un ecosistema único como el quebrachal del Bosque de Tres Quebrachos (sudoeste de la Provincia de Chaco) ha sido destruido.

Desde el año 2013 se realizaron licitaciones para la compra de más de 2,3 millones de durmientes de quebracho colorado y quebracho blanco. Esta cantidad de durmientes implica un impacto significativo en los bosques nativos, ya que representa la tala de más de 2 millones de quebrachos de entre 60 y 80 años de edad.

Las provincias de Chaco y Santiago del Estero concentran la producción de durmientes de los últimos años. En Argentina el sector forestal se caracteriza por presentar una importante informalidad en su producción y comercialización. El 30% del volumen total de la madera de bosques nativos que se comercializa es ilegal.

Los durmientes de hormigón y sintéticos o compuestos son alternativas que pueden ser utilizadas en reemplazo de la madera para tareas de mantenimiento y renovación de vías; y muchos pueden producirse de la cadena de reciclado. Múltiples experiencias y estudios en todo el mundo demuestran que las alternativas a la madera son una realidad: India, Estados Unidos, Brasil, México.

En la segunda semana de agosto se abren los sobres de dos nuevas licitaciones de mejoramiento de vías que incluyen la compra de 120.000 durmientes de quebracho, lo que implica cerca de 120.000 nuevos árboles talados para tal fin. Es momento de tener una red ferroviaria sustentable, para lo cual es clave abandonar el uso del quebracho para durmientes de manera definitiva.

El ferrocarril es un medio de transporte esencial, tanto para la movilidad de las personas como para el intercambio de bienes y servicios, y fue fundamental para el desarrollo de muchos pueblos de Argentina desde fines del siglo XIX.

Durmientes de quebracho

Los trenes son una pieza clave en un sistema de transporte eficiente y de bajo impacto ambiental comparado con alternativas terrestres como el transporte de carga vehicular.

Sin embargo, existe un aspecto del desarrollo ferroviario que aún sigue generando efectos negativos sobre los bosques del norte de nuestro país y que puede, y debe, ser eliminado. Los durmientes (también conocidos como traviesas), que son utilizados tanto en la renovación como en el mantenimiento de vías, siguen siendo de quebracho colorado; un árbol de gran porte y crecimiento lento, de alto valor para la conservación del bosque chaqueño, que se encuentra en estado de fragilidad.

Millones de árboles bajo las vías del tren

La investigación realizada por Greenpeace, en base al análisis de las licitaciones de las empresas ferroviarias Belgrano Cargas y Logística S.A. (BCYLSA), Administración de Infraestructura Ferroviaria S.E. (ADIFSE) y Operadora Ferroviaria S.E. (SOFSE), revela que desde el año 2013 se realizaron licitaciones para la compra de 2.388.965 durmientes de quebracho colorado y quebracho blanco.

El relevamiento fue realizado sobre 73 licitaciones de las empresas mencionadas tanto para la adquisición directa (1.471.314 durmientes) como para las obras de mantenimiento y renovación (917.651 durmientes), donde el contratista provee los durmientes nuevos para la realización de tareas indicadas.

Esta cantidad de durmientes implica un impacto significativo en los bosques nativos, ya que representa al menos 1,5 millón de árboles de quebracho extraídos de la región chaqueña. Según testimonios recabados de productores forestales, ese número podría ser mayor teniendo en cuenta que es cada vez más difícil encontrar especímenes con el suficiente fuste, obteniéndose en la práctica no más de un durmiente por cada quebracho talado, por lo que el impacto sería mayor a 2 millones de quebrachos de entre 60 y 80 años de edad.

Las provincias de Chaco y Santiago del Estero concentran la producción de durmientes de los últimos años, evidencia clara del corrimiento de la frontera extractiva a partir de la explotación ocurrida desde fines del siglo XIX. En el año 2017 se registró un incremento de 135,3% en la producción respecto al año 2016 y según señala el Anuario de Estadística Forestal del MAyDS, el 100% del origen de los durmientes se encuentra bajo la categoría “sin determinar”.

Durmientes de quebracho

Es decir, no provienen de ningún tipo de aprovechamiento forestal, aprovechamiento silvopastoril o desmonte, revelando una clara informalidad en el sector que podría indicar una subestimación en la extracción y deficiencias evidentes en la trazabilidad.

Tomando como base un análisis realizado para los departamentos Copo y Alberdi de la provincia de Santiago del Estero, la extracción de más de 2,3 millones de durmientes durante 8 años implicó la explotación de más de 3,5 millones de hectáreas de bosque chaqueño.

Al no ser el único uso productivo de la especie, el impacto producido por el despoblamiento de quebrachos se ve aumentado, generando la eliminación de individuos de una especie clave y resultando un desmonte en etapas. En Argentina el sector forestal se caracteriza por presentar una importante informalidad en su producción y comercialización. Se estima que el 30% del volumen total de la madera de bosques nativos que se comercializa es ilegal.

Existen alternativas sustentables

Los durmientes ferroviarios constituyen una parte fundamental del tendido de vía y un componente irremplazable. Actualmente existen diferentes tecnologías aplicadas para su fabricación, sin embargo la utilización de la madera sigue teniendo gran demanda a nivel mundial, a pesar de la preocupación global por el uso de recursos forestales para fines productivos e industriales.

Sumado a esto, hay publicaciones que ponen la atención sobre el tratamiento químico al cual están sometidos los durmientes de madera, que luego de su vida útil son considerados residuos peligrosos. En Argentina el durmiente de hormigón es utilizado en reemplazo de la madera para la renovación de vía completa, pero no es posible para tareas de mantenimiento y tareas específicas como puentes o cruces que requieren medidas especiales, para lo cual es necesario optar por otra alternativa tecnológica.

Desde la perspectiva climática, las emisiones de CO2 generadas por un durmiente de madera pueden ser hasta seis veces mayores que las producidas por un durmiente de hormigón, según señala un reciente estudio. Si bien la producción de hormigón genera también emisiones de gases de efecto invernadero, considerando que luego de la tala indiscriminada procede una degradación y posterior desmonte, las emisiones aumentan, al emitirse el carbono que podría quedar acumulado en el suelo y sistema radicular asociados.

En la vía

El durmiente sintético o compuesto es una alternativa que puede ser utilizada en reemplazo de la madera para tareas de mantenimiento y renovación de vías. Son realizados de diferentes materiales y muchos pueden producirse de la cadena de reciclado como restos de neumáticos y bidones de agroquímicos.

Múltiples experiencias y estudios en todo el mundo demuestran que las alternativas a la madera son una realidad y están siendo aplicadas de forma masiva. Tomando sólo algunos ejemplos, en India, que cuenta con una extensa red ferroviaria, los durmientes compuestos están siendo utilizados de manera integral.

Estados Unidos cuenta con normativa pionera al respecto y amplia utilización en el reemplazo de durmientes de madera por alternativas, y en Brasil y México también se están fabricando en distinta escala con materiales post consumo. En Argentina, a pesar de que existen estudios y capacidad técnica sobre durmientes sintéticos, su desarrollo está retrasado.

Recientemente una resolución conjunta entre el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sustentable y el Ministerio de Transporte de la Nación promueve la producción de durmientes con materiales post consumo, sin embargo no contempla asignación presupuestaria ni plazos para el reemplazo de los de madera.

Si bien la utilización de durmientes sintéticos u otra alternativa en principio podrían resultar económicamente un poco más costosa, el valor del bosque chaqueño con toda su biodiversidad y cultura, y su rol clave en términos climáticos, no tiene comparación.

La red ferroviaria nacional cuenta con más de 40.000 km de extensión, de los cuales están activos la mitad. Es momento de tener una red ferroviaria sustentable, para lo cual es clave abandonar el uso del quebracho para durmientes de manera definitiva.

*Con información de Greenpeace y la Campaña de Bosques Julio de 2021

Fuente: TN – Todo Noticias