El Gobierno defiende su crítica a Israel y habla de un «lobby» en la oposición

El presidente Alberto Fernández y la Cancillería defendieron este miércoles su posición ante la escalada de violencia en Oriente Medio. En esta, como reflejó el comunicado de Relaciones Exteriores día anterior, criticaron fuertemente a Israel, por el «uso desproporcionado de la fuerza» contra los palestinos, pero evitaron condenar y mencionar el terrorismo del grupo Hamas, remitiéndose a puntualizar sólo el «lanzamiento de cohetes» desde Gaza.

Los israelíes no emitieron protesta formal sobre su molestia con Argentina, pero este martes a la noche la embajadora Galit Ronen apareció en A24 expresando su «preocupación» por el comunicado, señalando además que este no reflejaba el grado de amistad entre los países.

Como en otras situaciones en las que recibe críticas, el Gobierno decidió abroquelarse y defendió a capa y espada su posición. Argumentó que está basada en la ONU. Más aún, fuentes por Clarín consultadas hablaban de «un lobby pro israelí» en la oposición que «busca fogonear» la enemistad y «defender sus intereses».

Se referían, por ejemplo, a las posiciones de la presidenta del PRO, Patricia Bullrich, a su secretario de Relaciones Internacionales, Fulvio Pompeo; a legisladores como Waldo Wolff.

Desde París, Alberto Fernández mismo le dijo a Infobae, que había recibido un cable de la agencia EFE de la embajador Marílita Squeff informándole que el secretario general de la ONU tenía esa postura que Argentina tomó. «Nosotros leímos el comunicado de la ONU, y sobre su posición internacional escribimos la nuestra”, especificó.

Es curioso que los embajadores informen a sus superiores por un cable periodístico; y además, que se basen en la posición del secretario general de la ONU que, en este caso, aún es parcial. Porque el tema se debate en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, donde ya empezaron a surgir las tensiones geopolíticas en las que Estados Unidos busca a capa y espada defender a los israelíes.

El conflicto encuentra a los dos países en una situación más que incómoda puesto que justo se encuentra en Buenos Aires una delegación de médicos y científicos del Instituto Biológico de Israel y del Hospital de Hadassah, que están negociando con el Gobierno la posibilidad de hacer los ensayos de la fase 3 de su vacuna Brilife.

Y también negocian la posibilidad de fabricarla en la Argentina, adonde viajó el embajador argentino en Tel Aviv, Sergio Urribarri, que quedó en medio de la tensión que impera por la postura argentina, que a diferencia de años anteriores buscaba consensuar con el Mercosur una posición común.

Hoy, recordaban dirigentes comunitarios, el punto que enfrenta el Gobierno son las tensiones existentes entre el cristinismo representando en el Instituto Patria -que realizó un seminario de solidaridad con el pueblo palestino- y que tuvo una primera manifestación cuando sectores del Gobierno buscaron a eliminar a Hezbollah de la lista de grupos terroristas para la República Argentina. En su momento hubo un cortocircuito con Israel, luego subsanado por el viaje de Alberto Fernández a Jerusalén.

Con el Mercosur maltrecho, y pese a estar la Argentina en la presidencia pro témpore, no hubo ni siquiera conversaciones regionales para adoptar un aposición común.  Los uruguayos por ejemplo se distinguieron claramente al efectuar un quirúrgico comunicado que se manifiesta preocupado por la violencia, los muertos y los heridos; pide el cese de la violencia entre las partes, condena los actos terroristas, y pide rápidas negociaciones de paz, seguridad y estabilidad.

Clarín ubicó el texto exacto del portavoz del Secretario General de las Naciones Unidas, Stéphane Dujarric, en el que basaron Alberto Fernández y Felipe Solá la postura que molestó a Israel. Dice así.

– «El Secretario General está profundamente preocupado por las graves escaladas en el Territorio Palestino Ocupado e Israel, incluida la última escalada en Gaza, que se suma al aumento de las tensiones y la violencia en la Jerusalén Oriental ocupada. Le entristece profundamente enterarse del número cada vez mayor de víctimas, incluidos niños, de los ataques aéreos israelíes en Gaza, y de las muertes israelíes por cohetes lanzados desde Gaza (hay hasta este miércoles al menos 58 muertos, muchos de ellos menores). Las fuerzas de seguridad israelíes deben ejercer la máxima moderación y calibrar su uso de la fuerza. El lanzamiento indiscriminado de cohetes y morteros contra centros de población israelíes es inaceptable. Esta escalada en espiral debe cesar de inmediato. Las Naciones Unidas están trabajando con todas las partes pertinentes para reducir la situación con urgencia».

Fuente: Clarin.com