Lucas Capano
Y sí, en la gran mayoría de los partidos cerrados, una genialidad es lo que hace que estos se destraben. En Colón-Atlético de Rafaela, pasó exactamente eso. Es que al Sabalero el partido se le había hecho cuesta arriba. Pese a tener un hombre de más, los de Iván Delfino nunca encontraron los caminos claros de cara al arco rival.
Pero apareció Ignacio Lago. El 11 del conjunto santafesino, a los 24 minutos del complemento, recibió la descarga de Axel Rodríguez en el sector izquierdo del ataque, sin parar la número cinco, abrió el pie derecho y la clavó en un ángulo, haciendo inatajable este disparo para Grinovero, quien hasta ese momento parecía invencible.
A partir del gol, Colón enfrió el encuentro, comenzó a tener la pelota y a manejar las riendas del duelo. Atlético, con uno menos por la errónea expulsión de Ramiro Colombo (Pablo Giménez, árbitro del encuentro, tuvo una mala noche y sus asistentes no lo ayudaron), no pudo hacer mucho.
Estando con 10 en cancha, el partido le costó y mucho. No pudo crear situaciones claras de gol, el mediocampo dejó de existir y la defensa, que venía haciendo un buen trabajo, fue vencida por la genialidad de Lago.
Pese a la victoria, el Sabalero no tuvo una buena noche. El entrenador Delfino estuvo molesto durante los 90 minutos. Ese buen juego que es una de las características de este equipo, faltó en todo momento. Ni en igualdad de condiciones, ni con un jugador más, pudo sacar diferencia.
Igual esto poco importa: Colón volvió a ganar (venía de perder ante San Telmo) y sigue líder hasta el final de la jornada, ya que nadie lo alcanzará.
La Crema, por su parte, no levanta cabeza. Igual esta noche tuvo un buen partido, pero fue perjudicado por el árbitro Giménez. Esto lo dejó fuera de competencia, ya que no supo reponerse al duro golpe de jugar con 10 futbolistas.