El personal técnico aeronáutico de Aerolíneas Argentinas, en contra de las medidas de fuerza

La Asociación del Personal Técnico Aeronáutico (APTA) salió a despegarse mediante una publicación en la red social X, del accionar de los gremios de pilotos y tripulantes de cabina que vienen llevando adelante medidas de fuerza contra Aerolíneas Argentinas.

“Todas las medidas de fuerza gremiales implementadas para conseguir un aumento salarial justificado y necesario en Aerolíneas Argentinas no lograron obtener ni un peso más que el dispuesto por el gobierno nacional”, dice el comunicado del sindicato.

“En cambio –agrega- generaron un descontento generalizado entre los pasajeros y la sociedad, otorgándole al gobierno legitimidad social para: reactivar la privatización de Aerolíneas Argentinas; declarar como servicio esencial la actividad aeronáutica civil y comercial; desregular el servicio de rampa, en perjuicio de Intercargo; habilitar a pilotos, tripulaciones y aeronaves extranjeras para operar vuelos de cabotaje y despedir pilotos y trabajadores de Intercargo”.

Apuntaron que “el último y gravísimo perjuicio para nuestra línea aérea de bandera fue la falta de pilotos habilitados para el Airbus 330, debido a que no rindieron sus exámenes en simuladores a causa de nuevos paros”, según publica el sitio especializado Aviacionline.

“Esto –dijeron- obligó a la empresa a utilizar aviones B737MAX de un solo pasillo, diseñados para rutas regionales, en vuelos a Miami, lo que implica hacer una escala y extender la duración del viaje en dos horas. Además, se debieron cancelar vuelos a Cancún, Madrid, Roma y Miami, deteriorando la calidad del servicio y generando rechazo y descrédito entre los usuarios”.

Señalaron que “para diciembre, los pilotos han anunciado que no están aseguradas las operaciones de vuelo, lo que podría llevar a un cese de actividades en la empresa. Pérdidas para trabajadores, trabajadoras y para Aerolíneas Argentinas sin ningún logro salarial”.

“Por el contrario, estas medidas han beneficiado los planes del gobierno para Aerolíneas y la actividad aerocomercial nacional. Nunca habrían avanzado tanto en tan poco tiempo sin tantas medidas de fuerza”, remarcaron.

“Es insensato e injustificado suponer que seguir haciendo lo mismo puede dar resultados diferentes. Es ignorar la realidad o ser el topo que elimine a Aerolíneas Argentinas desde adentro, evitándole al gobierno el costo de lo que tanto anhela hacer”, insistieron.

Agregaron que “APTA estuvo y está en total desacuerdo con la privatización de Aerolíneas Argentinas. Privatizarla es entregarla nuevamente a empresas extranjeras, interesadas solo en sus activos y mercados. La vaciarán, llevarán a la quiebra, o la absorberán y harán desaparecer”.

“Si Aerolíneas se privatiza o desaparece, las empresas extranjeras que la reemplacen operarán solo en destinos rentables y no necesariamente con las mismas frecuencias. Para cubrir los destinos nacionales no rentables, a los que hoy solo vuela Aerolíneas, exigirán subsidios”, detallaron.

“Ninguna empresa hace beneficencia. Así, los fondos de los contribuyentes que hoy recibe Aerolíneas se dirigirán luego a empresas extranjeras. APTA luchará con todos los medios necesarios, usando métodos eficaces, para que Aerolíneas Argentinas siga siendo la línea de bandera pública de nuestro país”, afirmaron.

Y continuaron manifestando que defenderán “la empresa para evitar que la vacíen, como sucedió con Iberia y Marsans, o que se desguace, vendiendo su área técnica, simuladores de vuelo, servicio de rampa o Aerohandling, centro de capacitación o call center”.

“Nunca afectaremos a los pasajeros, quienes son parte de Aerolíneas y la valoran tanto como sus empleados. No merecen ser perjudicados, ya que nos han ayudado y nos ayudarán a salvarla nuevamente. Si no los agredimos como enemigos, se unirán a nuestra lucha. Con el pueblo, se puede lograr todo; sin él, nada”, puntualizaron.

Y explicaron que “en 2001, solo hubo nueve días de paro para reincorporar a 500 despedidos por Iberia/Sepi. Luego, logramos salvar a Aerolíneas mediante siete meses de movilizaciones, actos y negociaciones gremiales, sociales y políticas. No hubo un paro más. Los paros no son el único instrumento de lucha. En aquella ocasión, utilizamos otros métodos, surgidos colectivamente y muy efectivos”.

Finalizaron señalando que las medidas adoptadas “han beneficiado los planes del gobierno para Aerolíneas y la actividad aerocomercial nacional. Nunca habrían avanzado tanto en tan poco tiempo sin tantas medidas de fuerza”.