En una cumbre marcada por la tensión y la urgencia, los líderes del Grupo de los Siete (G7) se reunieron este lunes en las Montañas Rocosas canadienses para intentar bajar la escalada del conflicto entre Israel e Irán, que domina la agenda internacional desde hace días. Tras intensas negociaciones, los mandatarios consensuaron un borrador que pide la desescalada en Medio Oriente, reconoce el derecho de Israel a defenderse y reitera que Irán “nunca debe obtener armas nucleares”. Además, el documento subraya la preocupación por el impacto en los mercados energéticos, con el precio del petróleo en alza tras los ataques israelíes.
Pero el acuerdo quedó en suspenso. Fuentes citadas por Reuters y CBS News confirmaron que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, decidió no firmar el borrador, generando inquietud entre sus pares. El gesto dejó al descubierto las diferencias internas en un momento crítico, cuando el G7 intenta exhibir unidad ante una crisis que amenaza con desestabilizar la región y sacudir la economía global. Trump, en cambio, llamó a Israel e Irán a abrir un diálogo inmediato: “Deberían hablar, y deberían hacerlo de inmediato”, declaró el mandatario estadounidense.
El borrador también incluye llamados a proteger a la población civil y a reforzar la vigilancia sobre Irán, especialmente tras los recientes bombardeos israelíes que, según CNN, destruyeron un tercio de los lanzamisiles iraníes. La escalada, que ingresó en su cuarto día de ataques cruzados, alimenta el temor a una guerra regional de mayor alcance y presiona aún más el precio del crudo.
El primer ministro británico, Keir Starmer, advirtió sobre la gravedad de la situación en Gaza, a la que calificó como un “polvorín” con consecuencias económicas globales. El canciller alemán, Friedrich Merz, reafirmó que Irán no debe acceder a material nuclear, en línea con la propuesta que Alemania llevará al comunicado final.
La falta de consenso refleja el momento delicado que atraviesa el G7, que busca mantener su peso global en medio de otros desafíos como la guerra en Ucrania y las tensiones comerciales. El primer ministro canadiense, Mark Carney, anfitrión de la cumbre, enfrenta el desafío de lograr cohesión entre los líderes de Canadá, Estados Unidos, Reino Unido, Francia, Alemania, Italia, Japón y la Unión Europea, mientras la crisis en Oriente Medio sigue copando la discusión.
La cumbre, que también cuenta con la participación de invitados como el primer ministro indio Narendra Modi, continuará hasta el martes con debates sobre estabilidad económica y seguridad global. Sin embargo, la negativa de Trump a firmar el acuerdo complica los esfuerzos del G7 para proyectar una imagen de liderazgo conjunto en un momento clave para la región y el mundo.