Mariana Reinke
Luego de que el ministro de Economía, Luis Caputo, anticipara que, si se termina de aprobar la Ley Bases en el Congreso, el Gobierno avanzará en una baja del impuesto PAÍS para las importaciones de 17,5% a 7,5%, en el sector agropecuario destacaron la iniciativa aunque señalaron que saber cuándo y de qué manera lo van a hacer sería prioritario. Indicaron, además, que su eliminación definitiva a fin de año sí sería un cambio “contundente”. El impuesto para una Argentina Inclusiva y Solidaria (PAÍS) es una recaudación del gobierno nacional no coparticipable con las provincias y que nació para financiar la Anses, el PAMI, y también hacer aportes al Fondo de Integración Socio Urbana.
Diego Napolitano, presidente de la Cámara Empresaria de Distribuidores de Agroquímicos, Semillas y Afines Bonaerense (Cedasaba), dijo que en principio todo lo que sea baja de aranceles, impuestos, “es bienvenida”, ya que siempre es el sector agroindustrial el que “le pone el hombro al país constantemente”.
Sin embargo, destacó, en lo personal, que este anuncio de baja es como “el día de la marmota”. “Siempre se repiten estas cosas. Por ejemplo, estuvimos un mes con una baja de aranceles que lo que provocó en forma inmediata es una paralización comercial. Ahora nos dicen que si se aprueba la Ley Bases, va a bajar el impuesto PAÍS, pero no dan precisiones de cuándo y, al no darte una fecha, es muy complejo porque lo que caracteriza al sector es que nosotros usamos productos por estación”, remarcó a LA NACION.
“Al no tener certezas de cuándo se aplicará esta baja, retrasará todas las tomas de decisiones. Y, por otro, para iniciar la campaña de gruesa, lo más probable que, en el caso de fitosanitarios, los productos ya estén viniendo en un buque o ya los tengas en la Argentina. Por ende, esos importadores ya pagaron el 17,5% y va a haber mercadería con esa carga impositiva y no se va a poder [bajar el precio] o va a costar mucho prorratearla. Hay productos que se van a vender ahora en julio, agosto, septiembre y después hasta julio, agosto y septiembre del año que viene no se va a comercializar, por lo tanto no se va a poder prorratear hasta ese momento. Si bien celebro la baja de aranceles, lo que preocupa es la falta de previsión: no saber ni cuándo ni cómo”, añadió.
Recordó que por año se utilizan unas 2.200.000 toneladas de urea (fertilizantes), de las cuales el 50% lo produce Profertil (que ahora entra en periodo de reacondicionamiento de planta que lo hace siempre en julio) y el “restante 50% es importado, al cual le afecta directamente el tributo”.
Señaló que el caso más grave es el fósforo porque, si no se aclara cuál es la fecha en la que bajará finalmente el impuesto PAÍS, el importador de fósforo, que se importa el 100%, va a esperar hasta último momento. “Por este motivo, podría estar en riesgo el ingreso de fósforo para la campaña gruesa. Es un gran inconveniente”, vaticinó.
Por último, sostuvo que el tema de los fitosanitarios es aun más complejo donde, en su gran mayoría se traen los grados técnicos y se formula en el país, aunque se pueden traer directamente ya formulados de afuera para el productor: “El que viene terminado de afuera le pega de lleno, pero al que viene a formularse en la Argentina dependerá de su formulación para ver si el impacto del tributo se diluye o no”.
Para Federico Landgraf, director Ejecutivo de la Cámara de Sanidad Agropecuaria y Fertilizantes (Casafe), el anuncio “es un pedido de todo el sector privado que está en línea con las conversaciones mantenidas con el Gobierno y es consistente con sus políticas económicas anunciadas”.
“Una buena noticia que generaría un escenario más propicio para el comercio de importación y mejoraría la competitividad de toda la cadena agroindustrial. Desde Casafe estamos dispuestos a participar de todas las mesas de diálogo que sean necesarias y colaborar en la búsqueda de soluciones favorables a todos. El diálogo interinstitucional es fundamental para el desarrollo de políticas que beneficien, tanto a la economía del país, como a los distintos sectores productivos”, indicó.
En el mismo sentido, Armando Allinghi, director Ejecutivo de la Cámara de la Industria Argentina de Fertilizantes y Agroquímicos (Ciafa), completó: “De darse la baja del impuesto PAÍS sería una muy buena noticia. Es uno de los ítems que más impacto tiene en los costos de importación de las materias primas de fitosanitarios y de fertilizantes y, consecuentemente, esto repercute en los precios de los insumos que utilizan los productores agropecuarios”.
En declaraciones a LN+, Caputo confirmó lo dicho por el presidente Javier Milei quien había manifestado su intención de retrotraer esa suba del tributo realizada en diciembre pasado a su anterior valor de 7,5%. “El impuesto PAÍS joroba y mucho”, dijo el titular de la cartera económica.
Para Gustavo Idígoras, presidente de la Cámara de la Industria Aceitera de la República Argentina y del Centro de Exportadores de Cereales (Ciara-CEC), claramente el preanuncio que hizo el ministro de Economía siempre “es alentador”. Y recordó que en la actualidad el tributo que todos los productos del agro, como fertilizantes, agroquímicos y productos veterinarios están pagando y eso encarece mucho los insumos y los costos del productor.
“Bajarlo al 7,5% es regresar a la alícuota que estaba anteriormente. Lo más importante es que Caputo tiene que confirmar que el 24 de diciembre se eliminará el Impuesto PAÍS, esto es lo más contundente. La baja transitoria de ahora de 10 puntos es bueno, pero tienen que confirmar que se va a eliminar el tributo el 24 de diciembre. Es fundamental arrancar el 2025 sin un impuesto adicional a las importaciones”, enfatizó Idígoras.
En coincidencia, Roberto Domenech, presidente del Centro de Empresas Procesadoras Avícolas (CEPA), precisó que en general son todos los sectores económicos los que “están pidiendo esa baja”. Respecto a si esto influye en las importaciones de alimentos, señaló que “el mayor riesgo es el atraso cambiario” porque no solo baja el costo de lo importado sino que aumenta su costo en dólares.
Si bien el Gobierno tiene en mente ese descenso en el porcentual del tributo, en sentido contrario, un mes atrás había ampliado su alcance, estableciendo que se aplicará el impuesto PAIS al giro de dividendos al exterior. Es decir que por ahora tendrán el 17,5% de gravamen la compra de divisas para aquellas empresas que quieran enviar los dividendos a sus casas matrices y que no lo pueden realizar por el cepo cambiario. Esta normativa regirá hasta el 31 de diciembre de 2024. El Gobierno lo estableció después que esa semana anterior permitiera que las compañías adquieran bonos Bopreal y así poder enviar utilidades pendientes de pago a accionistas no residentes. Desde septiembre de 2019 no pueden hacerlo, cuando el gobierno de Alberto Fernández puso en marcha los controles de cambio.