WASHINGTON.- Con el ingreso de los votos de Wisconsin, el candidato republicano, Donald Trump, logró 277 electores y se transformó otra vez en presidente de Estados Unidos, para lo que necesitaba al menos 270. Por su parte, la postulante demócrata, Kamala Harris, en la mañana (hora argentina) quedaba atrás con 224 representantes para el Colegio Electoral. De esta forma, el exmandatario volverá a hacerse cargo de la Casa Blanca, luego de su primera gestión, entre 2017 y 2021.
Con esta elección, Trump se transforma en el 47° presidente de Estados Unidos, después de estar cuatro años fuera del poder, tras perder las elecciones con el actual gobernante, Joe Biden, en 2020. El republicano, de 78 años, y hasta ahora con un acumulado de casi 71 millones de votos, logró su desafío de regresar a la Casa Blanca después de una campaña atípica, muy agresiva e incierta hasta el último minuto, en la que incluso pasó por dos intentos de asesinato.
Más temprano, desde su búnker, Trump ya se había proclamado como el ganador, en un discurso junto a su familia, los dirigentes de su espacio y sus seguidores, en el que prometió “sanar” Estados Unidos. En ese momento, hacía un rato que acariciaba su regreso al poder, luego de obtener una victoria en tres de los siete estados claves en los comicios: Carolina del Norte, Georgia y Pensilvania.
En tanto, a las 7.35 en la Argentina (5.35 hora del este), el republicano se impuso en Wisconsin, un campo de batalla crucial, que le otorgó 10 votos en el Colegio Electoral. En 2016, Trump ganó Wisconsin por un estrecho margen, convirtiéndose en el primer republicano desde Ronald Reagan en capturar ese estado. En 2020, perdió frente a Biden e intentó revertir esa derrota mediante demandas y recuentos, pero fracasó. Esta vez, tanto Harris como Trump hicieron de Wisconsin un foco central de sus campañas.
Su regreso al poder es extraordinario para un expresidente que se negó a aceptar la derrota hace cuatro años, provocó una insurrección violenta en el Capitolio y fue condenado por delitos graves. Su retórica áspera, combinada con una imagen de hipermasculinidad, resonó en los votantes enojados, especialmente hombres, en una nación profundamente polarizada.
Los resultados dan por finalizada una temporada electoral históricamente tumultuosa y competitiva, que también incluyó un cambio de nominado en el Partido Demócrata a un mes de su convención. La victoria de Trump contra Harris, la primera mujer de color que lideró la boleta de un partido importante, es la segunda ante una mujer en las generales. La actual vice ascendió a la cima de la carrera electoral después de que Biden abandonara por preocupaciones acerca de su avanzada edad y un mal desempeño en el primer debate.
A pesar del impulso inicial en torno a su campaña, Trump peleó durante un tiempo limitado para convencer a los votantes desilusionados de que él representaba un cambio con respecto a un gobierno impopular.
Cuando asuma el cargo, el 20 de enero, el líder republicano heredará una serie de desafíos, que incluyen el aumento de la polarización y crisis globales que ponen a prueba la influencia de Washington en el extranjero.
Trump sería el primer expresidente en regresar a la Casa Blanca desde que Grover Cleveland la recuperó en 1892. También sería la primera persona condenada por un delito grave que es elegida presidente y, a los 78 años, la de mayor edad elegida para el cargo. Su compañero de fórmula, el senador de Ohio JD Vance, de 40 años, se convertiría en el miembro de mayor rango de la generación millennial en el gobierno estadounidense.
Mientras, el nuevo presidente de Estados Unidos recibió saludos de los mandatarios del mundo. Además de Javier Milei, que ya se identificó como su seguidor y le dijo que puede contar con la Argentina “para llevar a cabo su tarea”, se sumaron el canciller alemán, Olaf Scholz; el presidente salvadoreño, Nayib Bukele; el ucraniano, Volodimir Zelensky; el de Francia, Emmanel Macron; el de Turquía, Recep Tayyip Erdogan; el de Eslovaquia, Peter Pellegrini; el de Finlandia, Alexander Stubb; el líder populista de Serbia, Aleksandar Vucic; el de Dinamarca, Mette Frederiksen; el primer ministro de Nueva Zelanda, Christopher Luxon; el primer ministro de la República Checa, Petr Fiala, entre otros. También el rey de Jordania, Abdullah II.
En lo económico, Trump tiene una medida entre ojos: aumentar los aranceles de importación hasta entre 10% y 20% para todos los productos que ingresan a Estados Unidos, hasta 60% para los provenientes de China e incluso 200% para bienes específicos. Su objetivo declarado es mejorar la recaudación fiscal y utilizar eso como ficha de negociación contra países que “destrozan” al suyo, según lo que repitió durante su campaña.
Además, el republicano siempre explicó que su plan se proyecta en dos fases: una reducción de impuestos que compense el aumento de los aranceles de importación con cero impacto para los contribuyentes estadounidenses. Además, se esperan recortes drásticos en el gasto. Trump podría darle esa responsabilidad al multimillonario Elon Musk, el dueño de Tesla y SpaceX, que estuvo activo a favor de Trump y aseguró que podría lograr ahorros por varios miles de millones de dólares al año.
Otra medida clave prevista es el aumento significativo de la producción de combustibles fósiles, con libertad al sector para explorar nuevos sitios. Con esto se pondría fin a los incentivos para la energía renovable y a normas que restringen el margen de expansión de la industria petrolera y gasífera. Estados republicanos como Texas son algunos de los que más invierten en este sector.
La independencia de la Reserva Federal (Fed, banco central) no satisface a Trump, que quiere opinar sobre la política monetaria y nunca lo ocultó. ”Siempre tuve éxito en mis negocios, creo que tengo mejor instinto, en muchos casos, que la gente que está en la Reserva Federal o su presidente”, dijo en agosto. En repetidas ocasiones, Trump acusó a la Fed de actuar para complacer a los demócratas y cuestionó la competencia del titular de la institución, Jerome Powell, aunque aseguró que le permitirá terminar su mandato en 2026, durante su presidencia.
Con información de AP y AFP