El Hospital Garrahan, emblema de la pediatría de alta complejidad en Argentina y América Latina, atraviesa una de las crisis más profundas de su historia. Los trabajadores de la salud, incluyendo médicos residentes, enfermeros, técnicos y personal de planta, se reunirán hoy a las 13 horas en una asamblea general para definir los próximos pasos en su lucha por mejoras salariales y condiciones laborales dignas. La medida responde a la persistente falta de propuestas concretas por parte del Ministerio de Salud y al reciente anuncio unilateral de un aumento que, según los gremios, no resuelve el conflicto y excluye al 90% del personal.
El conflicto, que lleva semanas escalando, se centra en la drástica caída del poder adquisitivo de los salarios, que han perdido un 35,5% de su valor real desde noviembre de 2023, según el Centro de Economía Política Argentina (CEPA). Los residentes, quienes trabajan hasta 70 horas semanales con guardias de 24 horas, perciben sueldos de aproximadamente $797.000, equivalentes a $2.846 por hora, lo que los sitúa por debajo de la canasta básica familiar, estimada en $1.500.000. Por su parte, un enfermero con 10 años de antigüedad no supera los $900.000, y un médico con dos especialidades y más de 20 años de experiencia apenas alcanza $1.800.000.
Un aumento insuficiente y cuestionado
El pasado domingo, el Ministerio de Salud anunció un aumento del 64% para los médicos residentes, elevando sus haberes a $1.300.000 a partir del 1 de julio. Sin embargo, la medida fue recibida con rechazo por los trabajadores, quienes denunciaron que no hubo una propuesta formal en las mesas de negociación y que el incremento excluye al 90% del personal de planta, incluyendo médicos, enfermeros y técnicos. “El anuncio no es una solución, agrava el conflicto. No podemos funcionar solo con residentes. El reclamo es por todos los trabajadores del hospital”, afirmó Alejandro Lipcovich, secretario general de la Junta Interna de ATE Garrahan.
Los trabajadores también cuestionaron la forma en que se comunicó el aumento, a través de un mensaje en las redes sociales del hospital, sin firma ni canal oficial. “Nuestro empleador es el Ministerio de Salud, no el hospital. No recibimos ninguna oferta concreta”, señaló Santana, residente de pediatría, en declaraciones radiales. La asamblea de hoy evaluará este anuncio y definirá si se intensifican las medidas de fuerza, que podrían incluir nuevos paros y movilizaciones, como la marcha de velas prevista para esta noche en el Obelisco.
Fuga de profesionales y riesgo para los pacientes
La crisis salarial ha desencadenado una “sangría alarmante” de profesionales, con más de 200 renuncias en los últimos meses, según la Asociación de Profesionales y Técnicos (APyT). “Hemos perdido trabajadores de altísima calificación, y no están siendo reemplazados adecuadamente. Esto compromete la atención de miles de niños y niñas”, advirtió Norma Lezana, secretaria general de APyT. El Garrahan realiza 600.000 consultas ambulatorias, 100 trasplantes y 10.000 cirugías al año, pero la falta de personal y recursos amenaza su capacidad operativa.
La Defensoría de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes instó al Ministerio de Salud a resolver urgentemente el deterioro salarial y edilicio, que pone en riesgo la atención de más de 1.700 menores. Los trabajadores denuncian además la falta de insumos y la sobrecarga laboral, con jornadas extenuantes que afectan su calidad de vida y la atención a los pacientes.
El Gobierno insiste en un “plan de eficiencia”
Desde el Ministerio de Salud, encabezado por Mario Lugones, se relativiza el conflicto, atribuyéndolo a un “desorden administrativo” y a la resistencia de gremios que, según la viceministra Cecilia Loccisano, “no quieren perder privilegios”. El Gobierno asegura que el presupuesto del Garrahan creció un 244% en 2024, pasando de $48.000 millones a $165.000 millones, y que no hay problemas de financiamiento, sino de gestión. Entre las medidas propuestas, se destaca la implementación de un sistema biométrico para controlar el presentismo y un posible “plus por productividad”, aunque los criterios para este incentivo aún no están definidos.
Sin embargo, los trabajadores refutan estas afirmaciones. Según el Anuario 2024 del hospital, el 68% del personal es asistencial (3.190 trabajadores, incluyendo médicos, residentes y enfermeros), frente a 957 administrativos, desmintiendo la narrativa oficial de un exceso de personal no médico. “Si el Gobierno cree que hay ñoquis, que lo demuestre. Mientras tanto, el hospital se hunde por la falta de inversión en salarios y condiciones laborales”, replicó Lipcovich.
Una asamblea decisiva
La asamblea de hoy, convocada en el Aula Magna del hospital, reunirá a residentes, personal de planta y representantes gremiales para evaluar el anuncio del Ministerio y definir un plan de acción. “Estamos juntos, sin distinción de tarea u oficio. La salud pública está en juego, y no vamos a ceder hasta tener una solución integral”, afirmó un vocero de ATE. Los trabajadores también planean interpelar a legisladores en una audiencia pública el viernes 6 de junio en el Congreso, exigiendo una ley que garantice el financiamiento estable del Garrahan.
Mientras el conflicto se profundiza, la sociedad observa con preocupación el futuro de uno de los pilares de la salud pública en Argentina. La resolución de esta crisis no solo definirá las condiciones laborales de miles de profesionales, sino también el derecho a la salud de los niños y niñas que dependen de este hospital de referencia