Australia: Erin Patterson, la mujer acusada de envenenar a sus exsuegros con hongos, declara en juicio: “Fue un accidente”

Un almuerzo familiar en Leongatha, un tranquilo pueblo del estado de Victoria, terminó en tragedia el 29 de julio de 2023. Erin Patterson, una mujer de 50 años, está acusada de haber servido un plato de beef Wellington contaminado con setas venenosas a sus exsuegros y a otros dos familiares. Tres de ellos, Don y Gail Patterson, ambos de 70 años, y Heather Wilkinson, de 66, fallecieron por fallas hepáticas tras consumir el plato. Ian Wilkinson, de 68 años, sobrevivió luego de pasar semanas en terapia intensiva. Ahora, en un juicio que mantiene en vilo a Australia, Patterson se defiende y asegura que todo fue un error.

Ella misma admite que recolectó los hongos, conocidos como Amanita phalloides o “sombrero de la muerte”, y los usó en la comida, pero jura que pensó que eran comestibles. Sus dos hijos, presentes en la casa, no probaron las setas porque, según explicó, no les gustan. Ese dato genera dudas: la fiscalía lo ve como una pista de que sabía el riesgo, mientras que ella lo presenta como una casualidad.

En el tribunal, Erin confesó haber tirado un deshidratador de alimentos usado para preparar las setas y haber mentido inicialmente a la policía, pero lo atribuye al pánico y a la culpa por lo sucedido. “Los quería mucho, jamás les haría daño a propósito”, dijo sobre sus exsuegros, con quienes admite haber tenido algunos roces, pero nada grave.

La fiscalía tiene otra versión: creen que actuó con intención, apuntalados en búsquedas de internet que Erin hizo sobre hongos venenosos semanas antes del almuerzo. También señalan tensiones con su exmarido, Simon Patterson, por temas de dinero y custodia de sus hijos. Incluso sugieren que intentó envenenar a Simon en el pasado, un dato que refuerza su teoría de un plan calculado. Expertos en micología declararon que el Amanita phalloides es difícil de confundir para alguien con experiencia en recolección, algo que Patterson dice haber hecho antes por hobby.

Ian Wilkinson, el único sobreviviente, contó que el almuerzo parecía una reunión normal, sin nada fuera de lo común. Vecinos de Leongatha la describen como una persona reservada, aunque algunos mencionan desacuerdos con la familia de su ex. En redes sociales, las opiniones están divididas: hay quienes creen en su inocencia y quienes la ven como culpable.

El proceso sigue en el Tribunal Supremo de Victoria. En los próximos días, más testigos, incluidos familiares y peritos, darán su versión. Simon Patterson, el exesposo, también podría declarar, y sus palabras podrían ser clave. Erin está bajo custodia mientras el jurado decide si fue un accidente o un acto deliberado. Si la encuentran culpable, enfrenta la posibilidad de cadena perpetua.

Con información de la BBC