Un escalofriante caso de parricidio ha conmocionado a la provincia de Jujuy, en el noroeste argentino. Un joven de 19 años asesinó a su madre de 60 años con múltiples puñaladas, vivió junto al cadáver en descomposición durante 17 días y, al intentar huir incendiando la casa familiar, se arrojó al vacío desde el puente San Martín sobre el Río Grande, donde falleció horas después en un hospital local. La Justicia confirmó que no había antecedentes de violencia en la familia, pero pericias en curso buscan esclarecer el móvil de este trágico suceso.
El crimen ocurrió el 27 de septiembre en una humilde vivienda ubicada sobre la avenida de Mayo, en el barrio El Chingo, a unos 10 kilómetros del centro de San Salvador de Jujuy, en el cruce de la Ruta Provincial 8 y la Ruta Nacional 9, lindante al Río Grande. La víctima, identificada como María Isabel, una mujer trabajadora y querida por sus vecinos, fue atacada por su hijo menor con un arma blanca. Según el informe de autopsia realizado por el Cuerpo de Investigaciones Fiscales, la causa de muerte fue un shock hemorrágico provocado por 14 heridas cortantes en el pecho, cuello, abdomen y cabeza. Las lesiones evidenciaron marcas compatibles con maniobras defensivas, lo que indica que María Isabel se resistió ferozmente al asalto.
Durante casi dos semanas, el joven convivió con el cuerpo de su madre, envuelto en una frazada y oculto en un patio interno de la casa, en un estado de descomposición avanzada. “A simple vista, no se notaba inmediatamente que llevaba varios días muerta”, relató el fiscal Diego Cussel, de la Unidad Fiscal Especializada en Homicidios, quien lidera la pesquisa. La familia, compuesta por María Isabel y sus cuatro hijos, era vista como un modelo de esfuerzo y unión: los tres hermanos mayores, todos ingenieros recibidos, residen en Neuquén y Buenos Aires, mientras que el menor vivía con su madre en Jujuy. “Era una buena persona, trabajadora, que sacó adelante a su familia sola con su empleo. Nunca oímos discusiones ni vimos problemas”, aseguraron vecinos a los medios locales, quienes destacaron la ausencia total de denuncias previas o registros médicos de agresiones.
El macabro secreto salió a la luz el martes 14 de octubre, alrededor de las 18 horas, cuando los vecinos alertaron al 911 por un principio de incendio en la vivienda. Un grupo de ellos forzó la puerta para sofocar las llamas con baldes de agua, hasta la llegada de los bomberos. En ese momento, observaron al joven saliendo apresuradamente de la casa y subiéndose a un Ford Focus gris para emprender la huida. Minutos después, el vehículo chocó contra la baranda del puente San Martín; el conductor descendió en movimiento, corrió unos metros y se lanzó al lecho del Río Grande, a unos 20 metros de altura. “Escuchamos el impacto y los gritos, fue aterrador”, contó una testigo a Canal 4 de Jujuy.
El rescate fue inmediato: efectivos de la Seccional 3ra. de la Policía de Jujuy, junto a bomberos, Seguridad Vial, Criminalística y el SAME, extrajeron al joven del agua con vida. Fue trasladado de urgencia al Hospital Pablo Soria, donde ingresó en terapia intensiva en estado crítico. Sin embargo, falleció en la madrugada del miércoles 15 de octubre, elevando el caso a un homicidio seguido de suicidio. El tránsito en la zona del puente quedó cortado por varias horas mientras se realizaban las pericias iniciales.
La intervención policial fue clave para el hallazgo del cuerpo de María Isabel, que fue descubierto esa misma tarde en el patio interno de la casa. “En principio, estamos investigando un homicidio seguido de suicidio”, explicó el fiscal Cussel en declaraciones a Canal 7 de Jujuy, confirmando la data de muerte y la ausencia de indicios de violencia intrafamiliar. Como parte de la pesquisa, se incautaron los teléfonos móviles del joven, una computadora y el Ford Focus para analizar posibles comunicaciones o rastros digitales que revelen el móvil.
Hasta el momento, no se ha establecido un motivo claro para el crimen. Fuentes de la investigación mencionan indicios de un posible consumo excesivo de videojuegos por parte del joven, aunque sin evidencia concluyente de adicción o influencia directa en el acto. “La relación era normal, no había denuncias ni conflictos visibles”, reiteró Cussel, quien también anunció la extinción de la acción penal contra el fallecido, aunque las pericias continúan para cerrar el expediente.
El barrio El Chingo permanece en shock. “Mi mamá lo esperaba todo el día hasta la semana pasada”, lamentó un vecino cercano, recordando cómo María Isabel siempre velaba por su hijo menor.