Marianela Núñez, la bailarina argentina estrella del Royal Ballet de Londres, deslumbró anoche en el Teatro Colón al interpretar a Tatiana en Onegin, el icónico ballet de John Cranko. Acompañada por Jakob Feyferlik, primer solista del Bayerisches Staatsballett, Núñez cautivó en su esperado retorno al coliseo porteño, reafirmando su conexión con el público local.
Nacida en Buenos Aires en 1982, Núñez comenzó a bailar a los tres años y a los seis ingresó a la Escuela del Colón. A los 15, se unió a la Royal Ballet School, convirtiéndose en primera bailarina en 2002. Galardonada con la Orden del Imperio Británico en 2024, su carisma y talento la convierten en un fenómeno que trasciende escenarios. Este año, tras su aclamada Kitri en Don Quijote en agosto, su regreso para Onegin –impulsado por la campaña viral de Julio Bocca para el Ballet Estable– disparó la popularidad del elenco, cuya cuenta de Instagram superó los 143 mil seguidores.
Onegin, estrenado en 1965 por Cranko, adapta la novela de Pushkin con música de Tchaikovsky orquestada por Kurt-Heinz Stolze. El ballet narra el amor no correspondido de Tatiana por el cínico Onegin, con pas de deux que exigen técnica y profundidad actoral. Bajo la dirección de Ermanno Florio, la Orquesta Estable y el Ballet del Colón, con escenografía de Pier Luigi Povero, recrearon la Rusia del siglo XIX. Núñez, junto a Feyferlik en su debut argentino, brilló en los momentos clave, desde el sueño de Tatiana hasta el desgarrador rechazo final.
El público ovacionó de pie, celebrando una producción que, hasta el 14 de octubre, consolida al Colón como referente del ballet dramático en Sudamérica.