La Fraternidad, uno de los gremios más importantes del sector ferroviario, lleva a cabo una medida de protesta este jueves. Si bien los trenes de las líneas metropolitanas están operativos, las unidades circulan a un máximo de 30 kilómetros por hora, a la mitad de la velocidad en una jornada normal. Esta forma de reclamo, que afecta a más de un millón de usuarios para un día hábil, implica que los servicios de las distintas líneas ya estén funcionando desde temprano con demoras de entre 30 y 50 minutos.
Desde la empresa Trenes Argentinos informaron a LA NACION que el promedio de velocidad habitual varía entre los 60 y 80 kilómetros, algo que depende del tendido de vías. “La circulación a baja velocidad implica un incremento considerable de los tiempos de viaje, lo que genera demoras para los pasajeros”, enfatizó la compañía. También se resaltó que “adicionalmente, las llegadas a cabecera tardías, por los retrasos en la circulación, implica cancelaciones de servicios porque no pueden cumplirse los diagramas del personal de abordo”.
La medida de fuerza tiene como objetivo principal, según el sindicato que la encabeza, exigir mejoras salariales y condiciones laborales más favorables para los maquinistas y trabajadores ferroviarios. La Fraternidad denuncia una falta de “recomposición” en los sueldos acorde a la inflación que hay en el país. De acuerdo al comunicado oficial del gremio, la inflación interanual alcanzó el 287%, mientras que el ajuste salarial obtenido en la última paritaria fue del 208%.
En caso de que esta medida no tenga una respuesta del parte del Gobierno, La Fraternidad anunció la posibilidad de llevar a cabo un paro total en los servicios ferroviarios el próximo 4 de junio. Además de las cuestiones salariales, el gremio también expresó su preocupación por la falta de inversión en infraestructura ferroviaria y tomó como último antecedente el incidente ocurrido hace dos semanas en la Línea San Martín, donde una falla de señalización provocó un choque entre trenes que dejó al menos 90 heridos.