Hoy se conmemora el Día Nacional de la Seguridad Vial, una fecha que invita a reflexionar sobre la importancia de construir un tránsito más seguro y responsable. Este día tiene su origen en un hecho histórico: el 10 de junio de 1945, el país cambió el sentido de circulación de los vehículos, pasando de manejar por la izquierda, como en Inglaterra, a hacerlo por la derecha, alineándose con la mayoría de las naciones. Aquella medida buscaba reducir los accidentes en un contexto donde los autos importados, principalmente de Estados Unidos, complicaban la circulación. Sin embargo, hoy el foco está puesto en un desafío mucho mayor: transformar los hábitos y actitudes de quienes transitan las calles y rutas argentinas.
La seguridad vial es un tema crítico en el país. Según datos recientes, en 2023 se registraron más de 4.300 víctimas fatales en siniestros viales, con un promedio de 12 muertes diarias. Aunque las cifras preliminares de 2024 muestran una leve disminución, con cerca de 3.900 fallecidos, los números siguen siendo alarmantes. Los motociclistas, especialmente en regiones como el norte del país, representan un grupo particularmente vulnerable, constituyendo hasta el 40% de las víctimas fatales. Estas estadísticas reflejan la urgencia de abordar la siniestralidad vial como una prioridad de salud pública.
Organismos como la Agencia Nacional de Seguridad Vial (ANSV) trabajan en conjunto con provincias y municipios para implementar políticas que reduzcan los accidentes. Entre las medidas destacadas está la Ley de Alcohol Cero al Volante, vigente desde 2023 en rutas nacionales y adoptada por varias provincias, que busca eliminar el consumo de alcohol al conducir, una de las principales causas de siniestros. También se realizan controles permanentes, campañas de concientización y programas educativos en escuelas para fomentar una cultura vial desde temprana edad.
El uso del celular al volante sigue siendo una de las mayores distracciones, con acciones tan breves como enviar un mensaje de voz que pueden llevar a recorrer decenas de metros sin prestar atención al camino. Otros factores, como el exceso de velocidad, la falta de uso del cinturón de seguridad o del casco en motocicletas, agravan el panorama. Por eso, este día no solo busca recordar las normas de tránsito, sino también promover un cambio en la mentalidad de conductores, peatones y ciclistas.
Desde el ámbito local, municipios como el de Tucumán refuerzan la educación vial con actividades en escuelas y controles en las calles, mientras que organizaciones como CESVI Argentina ofrecen cursos de conducción segura y analizan las causas de los siniestros para proponer soluciones basadas en datos. Estas iniciativas subrayan que la seguridad vial no depende solo de las autoridades, sino de un compromiso colectivo. Cada decisión al volante, desde respetar un semáforo hasta usar el cinturón, impacta en la seguridad de todos.
El Día Nacional de la Seguridad Vial es una oportunidad para detenerse y pensar en el rol que cada uno juega en las calles. No se trata solo de cumplir normas, sino de entender que detrás de cada maniobra hay vidas en juego. La responsabilidad compartida es la clave para reducir los siniestros y hacer de las rutas y ciudades espacios más seguros para todos.