Ya están en el país las obras del artista Ernesto Deira retenidas en Chile por 50 años

Después de gestiones y negociaciones en las que participaron los hijos del artista Ernesto Deira (1928-1986), el Ministerio de Cultura y las cancillerías de Chile y Argentina, las siete obras, que durante 50 años estuvieron retenidas en Chile, donde el pintor creía que habían sido destruidas por la dictadura de Augusto Pinochet, llegaron a nuestro país para ser trasladadas al Museo Nacional de Bellas Artes.

La recepción de las obras fue en las últimas horas del día del sábado y estuvieron presentes el Ministro de Cultura de la Nación, Tristán Bauer; el director del Museo Nacional de Bellas Artes, Andrés Duprat; la directora artística del MNBA, Mariana Marchesi; el hijo del pintor, Martin Deira; los nietos Luca Saagar Deira, Julián Deira y Santiago Armando, junto al director general de Coordinación Internacional de Interpol, comisario Marcelo El Haibe, el brigadier de la Fuerza Aérea Argentina Fernando Mengo y funcionarios de la Dirección General de Aduanas.

«Es una alegría y un orgullo que haya llegado este día después de 50 años de intensa búsqueda y de trabajo en conjunto entre Argentina y Chile: el regreso de las obras de Ernesto Deira, uno de los grandes artistas argentinos», expresó Bauer y agradeció a la familia de Deira y a los equipos de trabajo de Interpol, de los ministerios de Cultura, de Cancillería y de Defensa de ambos países.

Definió la situación como «un gran acto de justicia»: «Nos parece muy hermoso que justo suceda en esta nueva etapa de la política chilena con la asunción de Gabriel Boric como presidente y con toda la esperanza que eso nos trae para la región y especialmente para la Argentina», manifestó sobre la llegada al país del presidente chileno, quien visitará las obras en el Museo de Bellas Artes.

Una de esas obras será exhibida en el hall del museo, pero la muestra de todas las obras se va a hacer más adelante y contará con la curaduría de Mariana Marchesi, directora artística de la institución, con un texto que explique la contingencia particular de esa exposición, según había explicado esta semana Duprat a Télam.

Se trata de siete obras que forman parte de la serie «Identificaciones» que Deira pintó en blanco y negro, y que aluden a la tortura y a las amputaciones que en dictadura realizaban a los detenidos para impedir su identificación. Las obras formaron parte de una muestra que se expuso en la galería Carmen Waugh, de Buenos Aires, en 1971, y luego en el Museo de Arte Contemporáneo (MAC) de la Universidad de Chile, en 1973.

Estos cuadros llegaron al Aeroparque Metroplitano Jorge Newbery en un avión Hércules de la Fuerza Aérea Argentina procedente de Santiago de Chile por un acuerdo entre la Universidad de Chile y la familia del artista, el Ministerio de Cultura y la colaboración de Interpol junto a organismos bilaterales.

Interpol Argentina coordinó con su par, Interpol Santiago, para contar con el apoyo de la Brigada Investigadora de Delitos Contra la Salud Pública y Medio Ambiente Metropolitana de la Policía de Investigaciones de Chile, para el traslado, servicio de seguridad y entrega de las obras en el aeropuerto del país limítrofe, las que se encontraron debidamente resguardadas en dos cajas de madera, cuyas medidas son de 2,5 m. y un peso aproximado de 100 kg cada una.

«Es realmente un momento muy emocionante y las primeras palabras que se me ocurren son las de agradecimiento para todas las personas e instituciones que hicieron que esto fuera posible. Para mí, esto es haberle ganado al «no se puede». Tengo unas ganas enormes de volver a ver esas obras y de que todas las personas que quieran, en la República Argentina, puedan verlas», expresó Martín Deira, hijo del artista.

En el año 2003, diecisiete años después del fallecimiento de Deira, su amigo y colega Luis Felipe Noé supo que las pinturas se encontraban en perfecto estado en un depósito del Museo de Arte Contemporáneo de Chile. A partir de ese momento, la familia Deira acordó con las autoridades chilenas acreditadas en Buenos Aires, gracias al apoyo del Ministerio de Cultura, la repatriación de las obras.
Fuente: Télam