Alberto Fernández, en el G20 de la India: “Calmamos nuestras conciencias con palabras, mientras seguimos caminando por las cornisas”

(Enviado especial a New Delhi) Alberto Fernández cuestionó la parálisis política de las naciones más poderosas frente a los efectos sociales y económicos de la crisis global, durante su última participación en una Cumbre del G20. “Pareciera que calmamos nuestras conciencias con palabras, mientras seguimos caminando por las cornisas”, señaló el presidente ante un auditorio protagonizado por Joseph Biden, Emmanuel Macron, Olaf Scholz y Justin Trudeau, entre otros mandatarios que integran el G7.

En un G20 condicionado por las disputas geopolíticas entre Estados Unidos y China, Alberto Fernández solicitó en su discurso que la CELAC sea aceptada como miembro pleno del foro multilateral. Washington y la Unión Europea (UE) han propuesta que la Unión Africana se sume al G20, y el presidente argentino aprovechó ese andarivel diplomático para correr a favor de la CELAC.

Como Xi Jinping fortalece los BRICS en un complejo tablero internacional, Biden y la UE trataron de compensar esa iniciativa de Beijing con la incorporación de la Unión Africana al G20. La propuesta de Argentina recién sería aceptada en la próxima cumbre que organizará Lula da Silva en Brasil.

“También celebro la incorporación a este G20 de la Unión Africana. Es un acto profundamente justo que permite conocer y atender las necesidades de ese maravilloso continente. Aspiro a que en el futuro se pueda sumar a este foro a la Comunidad de Estados de Latinoamérica y el Caribe que sobrelleva problemas similares a los que afronta África”, dijo Alberto Fernández.

A continuación, el jefe de Estado avanzó contra la arquitectura del sistema financiero mundial. Alberto Fernández criticó las asimetrías económicas entre las naciones ricas y los países pobres y de medianos ingresos, y descalificó la actuación del Fondo Monetario Internacional (FMI) en una coyuntura global afectada por el cambio climático y la guerra ilegal que Rusia desató en Ucrania.

“Argentina viene de padecer la peor sequía de los últimos cien años. Sufrimos una caída de las exportaciones equivalentes a tres puntos de nuestro Producto Bruto Interno. El cambio climático alteró todos nuestros planes y el Fondo Monetario Internacional del que somos deudores, se aferró a sus dogmas y se mostró incapaz de innovar con nuevas soluciones para enfrentar la catástrofe”, consideró el presidente.

Al promediar su discurso, Alberto Fernández enfatizó sobre la necesidad de garantizar la seguridad alimentaria y reclamó por medidas globales que eviten la especulación financiera en el comercio exterior y la imposición de barreras comerciales levantadas desde los países centrales a los estados periféricos.

“Ante ese cuadro, nos preocupa el hambre y la seguridad alimentaria. La seguridad alimentaria está en crisis porque millones de personas no acceden a los alimentos. Y eso sucede, en gran medida, porque hemos permitido que los derivados financieros contaminen el comercio de productos necesarios para la alimentación y los conviertan en un objeto más de la especulación en los mercados de futuro”, analizó Alberto Fernández.

Y añadió: “América del Sur puede contribuir a saciar el hambre que hay en el mundo. Pero no podrá hacerlo si interfiere la especulación financiera o si priman las restricciones, los bloqueos y las barreras comerciales. Los enormes subsidios que otorgan unos pocos países son distorsivos para el comercio”.

Por último, Alberto Fernández hizo alusión al conflicto bélico que enfrenta a Rusia y Ucrania, iniciado por Vladimir Putin y condenado por la comunidad internacional con excepción de Xi Jinping y los regímenes autoritarios de América Latina.

“Tras la pérdida de tantas vidas, la violencia se ha desatado en Europa. La paz no llega y una guerra se prolonga. Tampoco parece importar cuantas vidas más terminaran en esa guerra”, opinó el presidente sin citar a Vladimir Putin, que no pudo concurrir al G20 porque tiene orden de captura tras violar tratados internacionales aprobados en las Naciones Unidas.

Fuente: Infobae